Italia celebra: su cocina entra al patrimonio cultural de la Unesco
La cocina italiana fue reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un hecho inédito al tratarse de la primera vez que la gastronomía de un país entero recibe esta distinción. La decisión fue anunciada durante la reunión del Comité del Patrimonio Inmaterial en Nueva Delhi y confirma el peso cultural y afectivo de una tradición culinaria que desde hace siglos cruza fronteras.
Una tradición que nació de la sencillez
El expediente aprobado por la Unesco destaca a la cocina italiana como un sistema social que convierte el acto de cocinar y compartir en un espacio de diálogo, memoria y afectos. El reconocimiento abarca desde platos icónicos como la pasta, la pizza o el gelato, hasta una enorme variedad de recetas regionales que se han transmitido de generación en generación, muchas surgidas de épocas de escasez donde se aprovechaba todo lo disponible.
En regiones como el Piamonte, Emilia Romagna o Campania, estos saberes se mantienen vivos gracias a familias, cocineras y cocineros que han preservado técnicas, ingredientes locales y rituales cotidianos. Restauradoras como Leonora Saltalippi, desde una pequeña trattoria en Trastevere, recuerdan que gran parte del sabor italiano proviene del legado de madres y abuelas que cocinaron con lo que había “a mano” y que hicieron de la mesa un punto de encuentro.
Un reconocimiento que trasciende fronteras
Italia ya contaba con elementos culinarios inscritos en la lista de la Unesco, como la pizza napolitana o la búsqueda de trufas, pero esta nueva distinción tiene un alcance mucho mayor. También llega en un momento en que el país busca proteger sus productos y métodos tradicionales frente a imitaciones globales.
El gobierno italiano celebra el impulso económico que podría derivarse de esta decisión, aunque el mayor valor recae en el reconocimiento de una práctica cultural que sigue viva en hogares, mercados y trattorias dentro y fuera de Italia.
Para México, donde la cocina italiana tiene una presencia cotidiana y convive con ingredientes locales, este reconocimiento facilita nuevas conexiones culturales y gastronómicas. La cocina italiana ha encontrado en nuestro país un terreno fértil y diverso, donde familias y comunidades reinterpretan recetas sin perder su origen. Esa mezcla de tradición y uso cercano es quizá lo que vuelve tan universal esta decisión de la Unesco, que abre más posibilidades de diálogo culinario entre culturas sin necesidad de conclusiones cerradas.
