29 de noviembre, Día Internacional del Jaguar

  • Los mayas creían que el jaguar era capaz de viajar entre el inframundo y el mundo mortal por la noche, gracias a su visión y habilidades nocturnas. Para los amazónicos, es el doble del chamán

Con motivo de concientizar y ayudar a la conservación de esta especie simbólica de Mesoamérica, este 29 de noviembre se celebra el Día Internacional del Jaguar, una especie que hoy se encuentra en “casi” peligro de extinción de acuerdo con la lista de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La preservación de este felino silvestre se ubica dentro de la prioridad número uno del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y de organizaciones como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y Wildlife Conservation Society (WCS).

La trascendencia del jaguar en las culturas mesoamericanas lo llevó a ser la especie con mayor culto dentro de estos pueblos. El animal fue representado de diferentes maneras a través de la política, la religión y la guerra. La gran fuerza de su mandíbula capaz de provocar la rotura de estructuras rígidas fue digna de admiración para las culturas prehispánicas en Mesoamérica, su símbolo de poder, fertilidad y vida lo convirtió en uno de los animales más sagrados de la región.

El jaguar representaba de manera metafórica para las culturas antiguas de la región el poder político hereditario, la guerra y el sacrificio humano, de acuerdo con Javier Urcid Serrano, doctor en Antropología por la Universidad de Yale, en su artículo “El simbolismo del jaguar en el suroeste de Mesoamérica” publicado en la revista científica Arqueología Mexicana.

Estos animales silvestres tienen la mordida más fuerte de todos los grandes felinos que existen en América. Sumado a ello, su visión nocturna y agilidad hacía que sus presas tuvieran casi nula posibilidad de escape.

Estas magníficas habilidades hicieron creer a los Mayas que el jaguar podía viajar entre el inframundo y el mundo mortal durante las noches, lo que los llevó a plasmarlo en icónicas obras arquitectónicas y de arte como “El Trono Jaguar”, una escultura realizada en el año 700 que servía como asiento para los más altos gobernantes y que se encuentra en El Castillo, en la gran pirámide de Chichén Itzá, de acuerdo con la revista National Geographic.

El jaguar fue asociado con la luz y la oscuridad, lo que significó una imagen de protección para los gobernantes mesoamericanos. Además, la figura de este poderoso animal silvestre también permeó dentro de los grupos guerreros, uno de los sectores más reconocidos en las culturas mesoamericanas.

El Doctor Javier Urcid Serrano especificó en ese mismo artículo que la figura del felino era común en el suroeste de Mesoamérica,y fue representado con “poses antropomorfas o zoomorfas o en figuras humanas con atributos de jaguar”.

Para los mexicas, las manchas negruzcas de su piel son resultado de que el animal fue arrojado al fuego sagrado cuando los dioses crearon el sol y la luna. Los Aztecas consideraron que este felino silvestre fue la forma que tomó Tezcatlipoca, Rey de los Cielos, cuando su hermano Quetzalcóatl intentó matarlo.

El chamán y el jaguar: dos caras de una misma moneda

En el pensamiento amazónico, chamán-jaguar es una dualidad que no se disuelve, como sucede en el pensamiento occidental, donde el lobo es una “bestia” que se opone al humano. En la cosmovisión amazónica, al menos para la etnia yanomami en particular, “cada ser es su imagen y su fantasma” (Kopenawa, Albert 2010).

Cuando uno ve la imagen de un jaguar, por ejemplo, lo que ve es un ser humano, la imagen original. El fantasma del jaguar, su máscara, es el aspecto zoomórfico, su forma de ser otro, de vivir en el mundo otro, donde moran los seres transformadores con capacidad de influir en el mundo este.

El jaguar tiene una existencia doble que se desdobla en fantasma (sombra, carcasa, cuerpo) y en imagen (espíritu, alma, pero también en “jefe” o “dueño” de especies animales). En el “mundo otro” el jaguar es persona, y en el “mundo este” es carcasa, sombra, con cuerpo de animal.

Los humanos que permanecen en el “mundo este” solo pueden ver al jaguar como sombra, carcasa, con cuerpo de animal, reducido a su figura zoomórfica. Pero los chamanes y otros humanos que tengan acceso al  “mundo otro”, verán al jaguar en su aspecto antropomórfico, como persona, como gente, como humano.

Dentro de esta perspectiva, el jaguar  habla, vive en familia, baila, canta, cultiva, como cualquier ser humano.

Especie en peligro

El “tigre de América”, como ha sido definido, es uno de los animales con más peso simbólico dentro del continente. Su presencia desde la selva amazónica hasta el sureste de Estados Unidos lo convierte en una de las especies más enigmáticas de la región.

No obstante, en los últimos años esta especie ha perdido aproximadamente el 50 por ciento de su rango de distribución histórico y hábitat se encuentra cada vez más fragmentado, de acuerdo con la organización internacional WWF en su más reciente informe respecto a este felino silvestre.

En la década de los 60, alrededor de 15.000 pieles de jaguar se vendían en el sur del continente, lo que provocó que la caza de este animal aumentara de manera significativa y la prohibición de esta acción en la zona llegó una década después, lo que afectó directamente en la población del jaguar.

Fuentes: Del Amazonas e Infobae

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