Una charla íntima y reveladora con el Papa Francisco ve la luz tras su muerte

La noche del 22 de abril se difundió en la televisión argentina una entrevista inédita con el Papa Francisco, grabada en 2018 y que, por expreso deseo del propio pontífice, debía publicarse solo después de su fallecimiento, ocurrido el pasado 21 de abril. La conversación, conducida por el periodista Nelson Castro, ofrece una mirada profundamente humana de Jorge Mario Bergoglio, tocando aspectos de su salud física y mental, su paso por el cónclave de 2013 y sus años difíciles durante la dictadura argentina.

La salud mental y espiritual de un líder

Durante los más de 50 minutos de entrevista, el Papa abordó temas que rara vez se escuchan de una figura de su investidura. Reconoció haber recurrido a una psiquiatra durante los años setenta, en plena dictadura militar argentina. En ese tiempo, como provincial jesuita, asumía la difícil tarea de ayudar a personas perseguidas, lo cual le generaba una carga emocional considerable. La terapeuta, una mujer que describió como “sabia”, lo ayudó a gestionar el miedo y la ansiedad, brindándole herramientas prácticas para enfrentar los desafíos.

Francisco también habló abiertamente de su neurosis, a la que describió casi con afecto. Decía que había que “cebarle mate” a la neurosis, porque son compañeras de vida. Su tendencia ansiosa lo llevaba a querer resolver todo de inmediato, y para equilibrar esa impulsividad recurría a la música de Bach y a refranes que promovían la calma. Aseguró que la psicología debería ser una parte esencial en la formación de los sacerdotes, pues considera que entender la mente humana es clave para ejercer el acompañamiento pastoral.

El cónclave, la elección papal y su estado físico

Uno de los pasajes más reveladores fue su descripción del cónclave que lo eligió Papa en 2013. Lejos del dramatismo o la ansiedad, Bergoglio recordó haber vivido el proceso con una serenidad notable. Relató que incluso durmió plácidamente la noche anterior, y que solo comenzó a sospechar algo cuando varios cardenales se le acercaron durante el almuerzo. En la tercera votación de esa tarde, el cardenal Hummes, sentado a su lado, le dijo que no se preocupara, que el Espíritu Santo ya estaba obrando. Tras su elección, Hummes lo abrazó y le pidió: “No te olvides de los pobres”. Fue ese llamado el que lo inspiró a elegir el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís.

También habló de su salud física con franqueza. Detalló problemas con la columna, un pie plano que afectaba su caminar, y trastornos digestivos que lo obligaban a mantener una dieta estricta. Recordó haber sido operado dos veces: una en su juventud, para extirpar una parte del pulmón, y otra para remover la vesícula. Sin embargo, mantenía una rutina firme: se acostaba a las nueve de la noche, leía una hora y se levantaba a las cuatro de la mañana sin necesidad de despertador. Aseguraba dormir profundamente y sin ayuda de medicamentos.

La entrevista también tocó los momentos de tristeza en su vida. Recordó con emoción las pérdidas familiares y los duros años del régimen militar en Argentina. Pero fue claro al identificar lo que más le dolía: el sufrimiento ajeno. Mencionó de forma especial a los niños con hambre y a los ancianos abandonados, como las situaciones que más lo conmovían.

Esta conversación, que fue la base para el libro “La salud de los papas” publicado en 2021, había sido propuesta por el propio Francisco tras leer otro libro de Castro. Fue él quien lo animó a escribir sobre la salud de los pontífices y le ofreció su propia historia como testimonio.

Con la publicación de esta entrevista tras su muerte, el Papa Francisco deja una última lección: la importancia de la honestidad emocional, del cuidado mental y del compromiso con los más vulnerables. Su legado espiritual se complementa con esta mirada íntima, que humaniza su figura y lo acerca aún más a quienes lo siguen.

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