¿Artefacto antigravedad?
Un extraño objeto encontrado en el Mar Báltico en el 2011, ha confundido a la comunidad científica, al punto de que no se ha podido descartar que haya pertenecido a una civilización avanzada mucho más antigua que la humanidad. Un equipo de buceo sueco llamado Ocean X, detectó la misteriosa “Anomalía del Mar Báltico” en su sonar mientras buscaban tesoros en las profundidades del Mar Báltico norte, en el centro del Golfo de Botnia.
¿Qué es y quién la construyó? Es una pregunta que ha estado en la mente desde su hallazgo, generando muchas teorías desde entonces, incluyendo algunas que sugieren que se trata de un artefacto antigravedad.
Durante su investigación, los expertos declararon que algo extraño había sucedido; todo aparato electrónico había dejado de funcionar justo sobre el área donde se había encontrado la extraña estructura. Algo que sorprendió a los investigadores que no pudieron explicar esta misteriosa anomalía. Con mucho esfuerzo, el equipo consiguió recuperar una muestra de la estructura sumergida, la cual fue retirada para realizar una serie de análisis.
Durante el proceso, se encontró que ésta contenía limonita y goethita. De acuerdo al geólogo israelí Steve Weiner, este tipo de metales no pueden producirse por sí mismos de manera natural. Declaraciones que han provocado gran controversia dentro de la comunidad científica. Son muchas las teorías que intentan explicar la Anomalía del Mar Báltico, algunas muy comunes y otras sumamente excéntricas. Algunos expertos han sugerido que se trata de un dispositivo antisubmarino creado por los nazis, como una especie de torreta de armas que perteneció a un acorazado.
Otros creen que podría tratarse de un OVNI hundido desde la antigüedad. Los más escépticos, así como los investigadores de la corriente principal de la historia, aseguran que no se trata de otra cosa que una formación rocosa natural. Sin embargo, hasta el momento es imposible afirmar nada, pues no se ha encontrado un financiamiento suficiente para una investigación exhaustiva. Entonces, aún no sabemos realmente que se esconde en las profundidades.
créditos: erik sumosa
