El punto Nemo es un cementerio de naves espaciales

El punto Nemo está tan lejos de cualquier otra zona de tierra firme que durante estas últimas décadas se ha convertido en una especie de cementerio de naves espaciales. Con el objetivo de evitar que cualquier desecho espacial pueda caer, las distintas agencias espaciales han dirigido hacia esta zona del planeta sus satélites en desuso. Desde la Agencia Espacial Europea o la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial hasta la Corporación Espacial Estatal Roscosmos.

Hace ya varias décadas, concretamente en 1992, el ingeniero Hrvoje Lukatela daba con el lugar más remoto de nuestro planeta. Para conocer las coordenadas del posteriormente bautizado como polo de inaccesibilidad del Pacífico, el croata recurría a un programa de computación que incorporaba la forma elipsoide de la Tierra con el objetivo de lograr una precisión máxima. Tras múltiples jornada de estudio, el equipo al frente de esta investigación confirmaba que se trataba de lugar más inaccesible del mundo porque está localizado a más de 2.688 kilómetros de la Antártida y de varias pequeñas islas oceánicas.

En este punto del océano Pacífico de unos 3.700 metros de profundidad, también conocida como Zona Deshabitada del Pacífico Sur, podemos encontrar alrededor de un centenar de objetos espaciales. Entre todos ellos podemos encontrar restos de la estación espacial rusa Mir. A pesar de que se ha convertido en una especie de cementerio de naves espaciales, los especialistas aseguran que no deberían representar una amenaza para la vida acuática salvo en casos en los que se haya producido algún derrame de combustible.

 

Una región en la que apenas hay animales
A pesar de que se trata del punto más remoto del planeta, donde es raro ver cualquier rastro de ser humano, expertos como el oceanógrafo Steven D’Hondt asegura en declaraciones a la BBC que no hay mucha diversidad de especies animales. Todo ello porque está situado en el conocido como Giro del Pacífico Sur, una enorme corriente giratoria que bloquea la entrada de aguas más frías ricas en nutrientes. Pero no solo eso. El hecho de que la región esté tan aislada de masas de tierra también impide que el viento transporte mucha materia orgánica.

Por lo tanto, hay poco alimento. Esto provoca que tanto la superficie del punto Nemo como su fondo esté prácticamente sin vida. Tal y como asegura el oceanógrafo, se trata de «la región menos biológicamente activa del océano en el mundo». En definitiva, y si esperabas descubrir especies marinas nunca antes vistas, tenemos malas noticias. A pesar de que el autor H.P. Lovecraft eligiera un área cercana al punto Nemo para situar el hogar del mítico Cthulhu, no tendría demasiadas oportunidades de sobrevivir en esta región por la falta de alimentos a la que tendría que enfrentarse. En su lugar, tan solo podemos encontrar varios ejemplares que son capaces de sobrevivir a situaciones tan extremas como las que se producen en el polo de inaccesibilidad del Pacífico.

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