Hongos alienígenas y hormigas zombis

En el vídeo podemos observar a un insecto, vacío por dentro y que debería estar muerto, pero aún con movimientos erráticos. Esto se debe a la infección del hongo, siendo éste el responsable de su muerte en vida. Según la información publicada en el medio digital The Atlantic, cuando el hongo llega a su organismo, éste va obteniendo nutrientes y controlando su mente.

Los hongos atacan por dos frentes. Por una parte, se alimentan de las hormigas infectadas y, por otra, controlan su sistema nervioso central y sus músculos. Una vez infectadas, las hormigas comienzan a caminar de forma errática y tienen convulsiones.

Torpemente, trepan hasta lograr aferrarse a la vena principal del envés una hoja mordiendo con sus mandíbulas con tal potencia que no se pueden separar, ni después de muertas, de ella. Con esta estrategia, el hongo las obliga a permanecer en el sotobosque, donde las condiciones más frescas le permiten desarrollarse mejor.

Mientras tanto, el hongo continúa creciendo dentro de las hormigas durante unos días, hasta que, un mediodía, cuando el sol está más fuerte, comienza a salir por la cabeza de la hormiga y crece durante unas tres semanas hasta formar un esporangio terminal de apariencia bulbosa.

Cuando alcanza su tamaño ideal, libera las esporas con el fin de infectar a otras hormigas que se encuentren en la zona. Como la hormiga generalmente trepa a una hoja situada sobre los senderos de alimentación de su colonia, las esporas del hongo caen sobre sus hermanas a las que “zombificarán”.

 

Si eso es así, la hormiga termina su vida como prisionera de su propio cuerpo. Su cerebro todavía está en el asiento del piloto, pero el hongo tiene el volante.

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