Pozo de Kola: «la puerta al infierno» que surgió de la carrera para ir al centro de la Tierra

El pozo Kola fue parte de la carrera científica entre Rusia y Estados Unidos durante la Guerra Fría, pero el proyecto fue cancelado sin alcalzar su objetivo

 

 

El pozo Kola es la excavación más profunda que el ser humano ha hecho hasta ahora. La Unión Soviética comenzó la perforación en los años 70 en una zona desértica de la región de Múrmansk, Rusia.

 

El proyecto también conocido como SG-3 era parte de una investigación científica que buscaba llegar al centro de la Tierra a unos 15 kilómetros adentro.

 

Los trabajos en el pozo Kola terminaron en 1989 y la profundidad que se alcanzó fue de 12 mil 262 metros, mientras EU y Rusia competían no sólo por conquistar el espacio sino también lo profundo del planeta, de acuerdo con BBC.

 

Pozo Kola fue llamado “la puerta de la entrada al infierno” tras una publicación de un diario finlandés que aseguró que los trabajadores habían descubierto algo terrorífico cuando alcanzaron los 12 kilómetros de profundidad.

 

Según RT, en un artículo publicado el 1 de abril de 1989, se difundió que los investigadores habían logrado captar a través de micrófonos los «lamentos de los pecadores castigados en el infierno», algo al estilo de la Divina Comedia. La noticia causó furor en aquellos tiempos y el súperpozo Kola se volvió una leyenda.

 

 

«Para mí, estas publicaciones fueron una completa sorpresa. Trabajábamos tranquilamente y de repente una ráfaga de llamadas telefónicas cayó sobre nuestra oficina. Finalmente, le pregunté directamente a una persona que llamó: ¿Por qué todos se interesan repentinamente por nosotros? Bueno, -respondió-, en todos los periódicos dicen: Llegaron al infierno y despertaron a los demonios», declaró en 2007, David Gubermán, director de la instalación para la agencia Interfax.

 

 

En 1995 se detuvieron definitivamente las intenciones de llegar a los 15 kilómetros del proyecto original, pues los expertos se encontraron con condiciones inesperadas como la densidad de las rocas, que para su sorpresa, eran demasiado blandas.

 

Además, la temperatura alcanzaba los 150 grados centígrados, lo doble de lo calculado, lo que convirtió a las capas de la Tierra en una especie de lodo imposible de perforar.

Fuente: elsoldemexico

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