México va a tener presidenta y es un mensaje claro para acabar con la lacra de la violencia contra la mujer

El 2 de junio de 2024 va a ser un día histórico en México. Se celebran elecciones presidenciales y, antes de conocerse los resultados, ya hay un gran ganador. No es otro que la sociedad en su conjunto, porque el país va a tener la primera presidenta de toda su historia.

 

Las encuestas dicen que probablemente sea Claudia Sheinbaum, la protegida y sucesora del actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO). La candidata de Morena goza de una amplia ventaja en todos los sondeos, que señalan que se llevará aproximadamente un 55% de los votos.

 

La política marcha por delante por casi 20 puntos y solo una catástrofe podría dejarla sin la victoria. Pero aunque así ocurriera, seguiría habiendo una presidenta porque su más inmediata perseguidora es también una mujer. Se trata de Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México. Su intención de voto es del 34%, por lo que la suma de las dos grandes favoritas se acerca al 90%.

 

Por detrás, ya sí que aparece un hombre, Jorge Álvarez Máynez, del Movimiento Ciudadano, pero sus opciones de gobernar son mínimas, ya que acumula un 8%, de acuerdo a las estimaciones.

 

Por tanto, el 2 de junio va a ser una jornada de especial trascendencia. Y la victoria, sea de Sheinbaum o de Gálvez, va a suponer un importante punto de inflexión para la sociedad mexicana. Y es que la nación es un lugar especialmente hostil para las mujeres.

 

Tal y como señala el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (INEGI), en 2021 un 70,1% de las mujeres de más de 15 años habían experimentado al menos un incidente de violencia (psicológica, económica, patrimonial, física, sexual o discriminación) en al menos un ámbito.

 

Lógicamente, estas dinámicas sociales es imposible cambiarlas en solo un Gobierno de seis años, pero que la presidenta vaya a ser una mujer es un símbolo de cambio. Y es de esperar que cualquiera de las dos aborde como un asunto importante de su mandato el elevado número de feminicidios que se producen en México.

 

Los datos son escalofriantes. Casi 10 mujeres son asesinadas cada día en suelo mexicano. Una cuenta que suma y suma y suma hasta alcanzar las 3.439 víctimas que se produjeron en 2023, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. 848 fueron categorizadas como feminicidio; 2.591 como homicidio doloso. La unión de ambas, una cifra que refleja perfectamente lo que supone ser mujer en México.

 

Por ponerlo en contexto, en España, un país con un tercio de la población mexicana, hubo en 2023 un total de 56 mujeres asesinadas.

 

Por tanto, es urgente que el Gobierno ponga como prioridad la erradicación de la violencia contra la mujer. No solo con medidas concretas que ayuden a enfrentarse a esta lacra, sino con una profunda concienciación social que destierre de una vez por todas estas dinámicas perniciosas para el avance social.

 

Tener a una presidenta es un paso adelante en esta tarea (por ejemplo, España nunca ha tenido una), pero no deja de ser solo un símbolo que si no va acompañado de medidas eficaces, se queda en mera anécdota.

 

Este 2 de junio los mexicanos van a acudir a las urnas y, a partir del día siguiente, será responsabilidad de Sheinbaum o de Gálvez impulsar un cambio profundo que siente las bases de un nuevo México en lo que respecta a la violencia contra la mujer. El reto es mayúsculo.

Fuente: yahoo

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