DeepSeek: la IA china 100% gratuita que desafía a EE.UU. y pone en jaque la privacidad

El mundo de la inteligencia artificial tiene un nuevo competidor: DeepSeek, un modelo desarrollado en China que promete ser una alternativa gratuita y accesible a ChatGPT y otras IA de Occidente. Sin embargo, su llegada al mercado ha estado rodeada de controversias, desde riesgos de seguridad hasta su papel en la creciente guerra comercial digital entre China y EE.UU.

A diferencia de ChatGPT y otros modelos desarrollados en Occidente, DeepSeek se presenta como una plataforma 100% gratuita y de código abierto, una estrategia que ha encendido las alarmas en el ámbito tecnológico. Mientras OpenAI, Google y Anthropic implementan barreras de pago y fuertes políticas de privacidad, DeepSeek rompe con esta tendencia, permitiendo a cualquier usuario acceder a su tecnología sin restricciones económicas. Esto lo convierte en una opción tentadora para empresas y gobiernos que buscan reducir su dependencia de las IA estadounidenses.

Sin embargo, esta accesibilidad viene con riesgos. Informes recientes revelaron que la base de datos de DeepSeek quedó expuesta, permitiendo que información sensible de los usuarios, incluidos historiales de chat y claves de autenticación, estuviera al alcance de cualquiera. Aunque la empresa aseguró la vulnerabilidad tras ser alertada, las dudas sobre su seguridad persisten. En contraste, OpenAI y Google han fortalecido sus políticas de privacidad con encriptación avanzada y estrictos controles de acceso, protegiendo mejor la información de sus usuarios.

La llegada de DeepSeek también ha provocado reacciones en el ámbito gubernamental. Corea del Sur prohibió temporalmente su uso en entidades oficiales, mientras que Italia bloqueó la aplicación en sus tiendas digitales hasta determinar qué datos recopila y cómo los maneja. Estas acciones reflejan una preocupación global por el uso de la IA como herramienta de control y recopilación de información en la pugna geopolítica entre China y Occidente.

Pero más allá de los riesgos de privacidad, la gratuidad de DeepSeek desafía el modelo de negocio de sus competidores. Mientras OpenAI y Google buscan rentabilizar sus modelos a través de suscripciones y licencias, la estrategia china parece centrarse en la expansión y adopción masiva, siguiendo la misma lógica con la que China ha dominado otros sectores tecnológicos, como los teléfonos inteligentes y las aplicaciones de redes sociales.

Esta situación se enmarca en una guerra comercial digital en la que EE.UU. y China compiten por el dominio de la IA. Mientras Washington impone restricciones a la exportación de chips avanzados a China, Beijing responde impulsando el desarrollo de tecnologías propias que no dependan de Occidente. DeepSeek es, en este sentido, una pieza más en la estrategia china para consolidarse como una superpotencia tecnológica, desafiando el dominio de las empresas estadounidenses en la inteligencia artificial.

El futuro de DeepSeek es incierto, pero su impacto en la competencia global de la IA es innegable. Mientras algunos celebran su accesibilidad como una democratización de la tecnología, otros advierten sobre los riesgos de seguridad y el papel que podría jugar en la guerra tecnológica entre China y EE.UU. En un mundo cada vez más digitalizado, la batalla por el control de la inteligencia artificial apenas comienza.

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