Arce se perfila para la reelección en medio de una Bolivia políticamente dividida
Mientras Evo Morales busca sortear su inhabilitación con una nueva alianza partidaria, la militancia del MAS impulsa la reelección de Luis Arce. Por su parte, la oposición enfrenta una crisis interna que debilita su intento de unificación.
El expresidente Evo Morales, a pesar de estar inhabilitado para un cuarto mandato, ha logrado una alianza con el partido Frente Para la Victoria (FPV) con la intención de presentarse nuevamente como candidato en las elecciones presidenciales de Bolivia. Mientras tanto, el Movimiento Al Socialismo (MAS), liderado por el actual presidente Luis Arce, lleva a cabo un congreso en El Alto, donde se espera que lo proclamen para un segundo mandato. La oposición, por su parte, atraviesa una fractura interna que debilita su estrategia electoral.
Fragmentación política de cara a las elecciones
Las elecciones generales están programadas para el 17 de agosto, cuando Bolivia elegirá presidente, vicepresidente y 166 miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Los partidos tienen hasta abril para registrar a sus candidatos ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE), pero el panorama actual no permite prever un claro favorito, ya que tanto el oficialismo como la oposición enfrentan profundas divisiones.
El analista Carlos Saavedra advirtió que el bloque popular, antes unificado bajo el MAS, podría dividirse en tres facciones: la liderada por Morales y el FPV, la encabezada por Luis Arce con el MAS oficialista y una tercera liderada por Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y exaliado de Morales, con quien ha tenido recientes enfrentamientos.
En la oposición, la falta de consenso también es evidente. El empresario Samuel Doria Medina, miembro del Bloque de Unidad, ha expresado su intención de designar a Jorge “Tuto” Quiroga como canciller y al expresidente Carlos Mesa como embajador en España si llega a la presidencia. Sin embargo, Quiroga rechazó cualquier rol que no fuera la presidencia, lo que refleja la falta de cohesión del bloque opositor.
La crisis de la oposición
Saavedra señala que el Bloque de Unidad no tiene un proyecto político claro y solo se mantiene unido por su rechazo al MAS. “No comprenden el cambio simbólico, cultural y político que ha experimentado Bolivia con la inclusión indígena en el poder”, afirmó el analista. Además, destacó que la pugna entre Quiroga y Doria Medina ha debilitado aún más a este sector. “No veo a ninguno cediendo su candidatura, lo que hace que el Bloque de Unidad sea sumamente frágil”.
Manfred Reyes Villa, alcalde de Cochabamba y un veterano de la política boliviana, decidió mantenerse al margen de la alianza opositora, estrategia que, según Saavedra, ha resultado acertada. “Reyes Villa ha sabido acercarse más a los sectores populares y por eso encabeza varias encuestas”.
El mismo discurso, las mismas propuestas
Para el analista Gabriel Campero, la oposición no ha logrado conectar con el electorado porque sigue apostando por un discurso predecible. “Siempre han propuesto reducir el Estado y recurrir al FMI, pero no presentan una alternativa innovadora que atraiga votantes”, explicó. Además, resaltó que el 65% del padrón electoral está compuesto por menores de 35 años, lo que demanda una estrategia diferente.
Campero también criticó el ala del MAS que sigue a Morales, describiéndola como un “nacionalismo conservador extremo” que ha obstaculizado el proceso de cambio. Ejemplo de ello es la parálisis en la Asamblea Legislativa de proyectos clave, como las plantas de industrialización de litio en colaboración con China y Rusia, debido a la negativa de los legisladores evistas de aprobarlos por órdenes de Morales.
En este escenario de fragmentación, la incertidumbre reina sobre el futuro político de Bolivia. Mientras Arce se consolida como el candidato más fuerte dentro del oficialismo, la oposición sigue sin una estrategia clara para desafiar su liderazgo.
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