EE.UU. frena envío de armas a Ucrania: señales de desgaste en el apoyo militar de Washington
El gobierno de Estados Unidos suspendió parcialmente el suministro de armamento a Ucrania, a pesar de que los acuerdos fueron pactados durante la administración de Joe Biden. La decisión, que incluye misiles clave para la defensa aérea y municiones de alto poder destructivo, ha encendido las alarmas en Kiev, donde fue recibida con sorpresa y preocupación.
La vocera de la Casa Blanca, Anna Kelly, justificó la medida como una decisión “basada en los intereses estratégicos de Estados Unidos”, tras una revisión del Departamento de Defensa sobre los compromisos militares con terceros países. “El poderío militar de Estados Unidos sigue siendo incuestionable; solo hay que preguntarle a Irán”, sentenció, en un tono desafiante.
El impacto ha sido inmediato: el encargado interino de negocios de EE.UU. en Ucrania, John Ginkel, fue convocado por la Cancillería ucraniana para discutir las implicaciones del freno en la asistencia militar. Kiev advirtió que cualquier retraso en el apoyo defensivo podría alentar a Rusia a intensificar su ofensiva en lugar de buscar una solución negociada.
Según medios estadounidenses, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó la pausa ante preocupaciones sobre el nivel de las reservas militares del propio Ejército estadounidense. Algunas armas ya se encontraban en Europa listas para ser enviadas, pero su traslado a Ucrania fue suspendido. Entre los sistemas retenidos están interceptores Patriot, misiles Hellfire y GMLRS, municiones de artillería pesada y misiles aire-aire, considerados fundamentales por el Ejército ucraniano para sostener su resistencia.
De acuerdo con el medio alemán Bild, la suspensión de los misiles PAC3 es “especialmente crítica”, al ser los únicos capaces de interceptar misiles balísticos rusos. La falta de GMLRS, por su parte, deja prácticamente inoperantes a los HIMARS, uno de los sistemas más usados por Ucrania.
Analistas militares advierten que las reservas ucranianas podrían agotarse hacia finales del verano. El experto Carlo Masala advirtió que, si Europa no logra compensar la falta de armamento estadounidense, la situación en el frente podría tornarse “crítica”.
La ayuda militar que está siendo frenada proviene de dos mecanismos aprobados durante la gestión de Biden: uno basado en reducciones directas de las reservas del Pentágono —que serían posteriormente reabastecidas— y otro vinculado a contratos con fabricantes estadounidenses a través de la Iniciativa de Asistencia para la Seguridad de Ucrania (USAI).
Aunque el Departamento de Defensa asegura que se trata de una pausa temporal y técnica, el gesto revela un cambio en la dinámica del respaldo estadounidense a Ucrania. Incluso se cuestiona el uso extendido de la Autoridad Presidencial de Reducción, que permite al presidente enviar armas sin el visto bueno del Congreso, una vía que empieza a mostrar señales de agotamiento político y logístico.