Tilly Norwood, la actriz creada con IA que divide a Hollywood y enciende el debate sobre el futuro del cine
Hollywood enfrenta una de sus discusiones más intensas en años: la llegada de una actriz que no existe en la vida real. Su nombre es Tilly Norwood, y fue desarrollada íntegramente con inteligencia artificial por el estudio británico Xicoia, una filial de Particle6 Productions. Su debut en un sketch de comedia encendió el interés de agencias de talentos y productores, pero también desató la furia de actores y actrices que ven en ella una amenaza directa a su trabajo.
La creadora de Tilly, Eline Van der Velden, asegura que el objetivo es ambicioso: “Queremos que sea la próxima Scarlett Johansson o Natalie Portman”. Afirma que los personajes generados con IA no deben verse como sustitutos, sino como nuevas formas de expresión artística, al mismo nivel que la animación o los efectos digitales. “Al público le importa la historia, no si la estrella tiene pulso”, señaló.
Sin embargo, el poderoso sindicato SAG-AFTRA, que representa a 160 mil profesionales del entretenimiento, respondió con dureza: “Tilly Norwood no es una actriz, es un personaje entrenado con el trabajo de miles de intérpretes, sin permiso ni compensación”. El sindicato advirtió que estas prácticas no solo devalúan el arte humano, sino que ponen en riesgo el sustento de miles de trabajadores de la industria.
La polémica llegó rápidamente a redes sociales. Actrices como Melissa Barrera (Scream) calificaron el hecho de “repulsivo”, mientras que Emily Blunt lo llamó “aterrador” y pidió frenar la pérdida de la conexión humana en el cine. La actriz Sophie Turner (Game of Thrones) fue tajante: “Vaya… no, gracias”. Para la actriz Mara Wilson (Matilda), el problema va más allá: “¿Qué pasa con las chicas reales cuyas caras fueron mezcladas para crearla? ¿Por qué no se les da trabajo a ellas?”.
La controversia también revive las tensiones que ya se habían visto en 2023, cuando las huelgas de guionistas y actores en Hollywood incluyeron como punto central la regulación del uso de inteligencia artificial en los estudios. Aunque se alcanzaron acuerdos, la aparición de proyectos como Tilly muestra que la amenaza para los intérpretes humanos no proviene solo de los grandes estudios, sino también de startups tecnológicas que avanzan sin regulación clara.
Aun así, Van der Velden insiste en que la intención es abrir un nuevo género dentro del entretenimiento, no borrar a los actores de carne y hueso. Incluso compara a la IA con un pincel o una marioneta: una herramienta que, bien usada, puede enriquecer la creación de historias. Pero la industria no lo ve con tanta calma: Disney, Universal y Warner ya han iniciado demandas contra compañías de IA por entrenar sus modelos con material con derechos de autor.
Lo cierto es que Tilly Norwood ya existe como figura pública: tiene redes sociales, publica mensajes a sus seguidores y hasta celebra sus logros como cualquier influencer de la Generación Z. La diferencia es que no hay una persona detrás de esas palabras. Esa paradoja —una estrella sin vida real— es lo que mantiene en vilo a Hollywood, y lo que plantea una pregunta de fondo: ¿estamos frente a una herramienta más para contar historias o ante el inicio del reemplazo de los actores humanos?