Los gritos, las amenazas y los libros: así fue la primera noche de Sarkozy en prisión

El ingreso de Nicolas Sarkozy a la cárcel de La Santé, en París, marcó un hecho sin precedentes en Francia: por primera vez, un expresidente durmió tras las rejas como un interno común, aunque bajo vigilancia permanente. Condenado a cinco años de prisión por asociación ilícita y financiamiento ilegal de su campaña presidencial de 2007, el exmandatario de 70 años enfrentó un recibimiento hostil por parte de otros presos, que no tardaron en hacer sentir su presencia.

Desde su llegada el martes 21 de octubre, los gritos resonaron por los pasillos del penal. Algunos reclusos corearon su nombre con insultos y amenazas: “¡Eh, Sarko, devuelve los millones de dólares!”, “¡Vamos a vengar a Khadafi!”, se escucha en videos difundidos en redes sociales, grabados clandestinamente desde las celdas. Los insultos se viralizaron en cuestión de horas y el Ministerio de Justicia ordenó una investigación urgente. Tres presos fueron finalmente puestos bajo custodia por amenazarlo y grabar los videos desde teléfonos prohibidos.

Sarkozy fue sometido al protocolo estándar para cualquier interno: registro corporal, revisión de pertenencias y asignación de un número de recluso. Su celda, de unos diez metros cuadrados, se ubica en el ala de aislamiento del penal. Tiene cama, escritorio, ducha, un pequeño refrigerador, televisión y teléfono mural limitado a números autorizados. Según el diario Le Parisien, la ducha y el inodoro se encuentran detrás de una puerta doble, y la ventana está sellada con rejas.

El aislamiento impuesto le impide cualquier contacto con otros presos, incluso durante la hora de patio. Solo se le permite salir acompañado por personal penitenciario. Dos agentes del Servicio de Protección del Ministerio del Interior se encuentran instalados en una celda contigua, las 24 horas, para garantizar su seguridad. Esta medida, confirmada por el ministro Laurent Nuñez, provocó críticas dentro del propio sistema penitenciario, cuyos sindicatos señalaron que “no corresponde al Ministerio del Interior intervenir en la vida interna de las prisiones”.

Sarkozy tiene derecho a tres visitas semanales y ya utilizó una: su esposa, Carla Bruni, acudió al penal el mismo día de su ingreso. Además, puede hablar por teléfono con ella y recibir a sus abogados sin restricciones. Jean-Michel Darrois, uno de ellos, declaró que la primera noche fue “aterradora”, aunque destacó que su cliente “sigue siendo el mismo hombre combativo y sereno de siempre”.

Durante su traslado, el exmandatario llevó consigo dos libros: El Conde de Montecristo, de Alexandre Dumas, y La vida de Jesucristo, de Ernest Renan. Según su entorno, eligió esas obras por lo que simbolizan: la primera, una historia de traición y redención; la segunda, una meditación sobre la fe y la resistencia interior.

El fiscal de París confirmó que la difusión de los videos con amenazas desató una investigación por “amenazas de muerte”, a cargo del 3er distrito de la policía judicial. Las autoridades penitenciarias realizaron una requisa general y decomisaron dos teléfonos móviles en la zona de aislamiento. Los tres internos sospechosos fueron interrogados durante la madrugada.

Mientras tanto, la defensa de Sarkozy presentó una solicitud de libertad bajo apelación que podría resolverse en un plazo de dos meses. Sus abogados aseguran que el aislamiento podría prolongarse entre tres y cuatro semanas más, hasta que se evalúe su seguridad dentro del penal.

Pese a la tensión de las primeras horas, su entorno insiste en que Sarkozy intenta mantener la calma, leer y seguir una rutina que incluye ejercicios en su celda y paseos breves en el patio cerrado. En el plano político, el caso ha generado un fuerte impacto: incluso aliados de su partido, Los Republicanos, reconocen el daño simbólico que implica ver a un expresidente tras las rejas.

En La Santé, una prisión centenaria donde estuvieron figuras como Bernard Tapie y Manuel Noriega, Sarkozy enfrenta no solo el encierro, sino también el juicio público de una sociedad que sigue dividida entre la indignación y el desconcierto.

Compartir

revolucionaguascalientes@gmail.com

No Comments

Leave A Comment