Generación Z: menos sexo, más amistad y autenticidad en el cine y la televisión

Un nuevo estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) revela un cambio profundo en los gustos audiovisuales de la generación Z. Los nacidos entre 1995 y 2010 buscan historias con las que puedan identificarse, alejadas del exceso de sexo y romance que, durante décadas, dominaron las pantallas.

El informe, titulado Get Real: Relatability on Demand, forma parte del proyecto Teens & Screens, que encuestó a mil 500 adolescentes y jóvenes de entre 10 y 24 años en Estados Unidos. Los resultados muestran que el 59.7% de los encuestados prefiere contenidos centrados en la amistad antes que en el romance, y que casi la mitad considera que las escenas sexuales son innecesarias o exageradas. El 54.1% desea ver personajes que simplemente no estén interesados en relaciones amorosas, y un 48.4% cree que hay “demasiado sexo” en las producciones actuales.

Los investigadores denominan a esta tendencia “nomance”: historias sin romance como eje narrativo. Para esta generación, el exceso de erotismo o de tramas románticas forzadas rompe la autenticidad que buscan en la pantalla. Quieren relaciones que parezcan reales y amistades que funcionen como motor emocional, no escenas diseñadas solo para atraer público.

El fenómeno se relaciona con otros cambios culturales. Estudios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestran que los jóvenes estadounidenses tienen menos actividad sexual que las generaciones previas. Solo tres de cada diez adolescentes reportaron haber tenido relaciones sexuales en 2021, frente a más de la mitad en los años noventa. Algunos expertos interpretan esto como una mayor conciencia sobre la salud y las emociones, mientras otros lo atribuyen al aislamiento social o al tiempo que los jóvenes pasan en entornos digitales.

La preferencia por la animación también crece. El 48.5% de los jóvenes encuestados prefiere contenidos animados frente a los de acción real, un aumento significativo respecto a 2024. Este gusto, según el estudio, no varía por género, edad o contexto cultural, lo que demuestra que la animación se percibe como un espacio creativo donde es más fácil explorar temas de identidad, amistad o diversidad sin los estereotipos del cine convencional.

Los adolescentes, además, siguen viendo cine y televisión más de lo que creen los adultos: el 57% consume medios tradicionales y el 53% conversa más sobre series o películas que sobre lo que ocurre en redes sociales. Para muchos, compartir una historia o debatir una escena sigue siendo una forma de conexión social.

Estas transformaciones también reflejan un cansancio frente a la hipersexualización heredada de la cultura pop de los 2000. Series como Euphoria o The Idol, criticadas por su erotismo gratuito, provocaron rechazo entre los más jóvenes, que prefieren narrativas con personajes imperfectos, diversos y cercanos.

El estudio de UCLA coincide con una tendencia más amplia: los centennials no renuncian al entretenimiento, pero exigen autenticidad, inclusión y sentido. Quieren ver en las pantallas amistades reales, conflictos cotidianos y vínculos que no dependan del deseo o la idealización romántica. En un momento en que la ficción global se replantea sus fórmulas, la generación Z parece estar marcando un nuevo rumbo: menos sexo, más conexión humana.

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