Esperanza para el jaguar en América: población aumenta en México y Argentina
El jaguar, también conocido como yaguareté, el felino más imponente de América, comienza a recuperar terreno gracias a proyectos de conservación en México y Argentina. Esta especie, que alguna vez habitó desde el suroeste de Estados Unidos hasta la Patagonia argentina, ha visto reducir su población a menos de 50,000 ejemplares por la caza furtiva, la pérdida de hábitat y otras amenazas, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
En México, la población de jaguares creció un 10% en los últimos seis años, pasando de 4,100 ejemplares en 2018 a 5,300 en 2024, de acuerdo con la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar. Pese a este avance, la especie sigue en peligro de extinción debido a la fragmentación de su hábitat, la depredación de ganado y el comercio ilegal de pieles y partes del jaguar. Para protegerlos, se han creado 14 áreas naturales protegidas en 15 estados, además de corredores biológicos y pasos de fauna en carreteras.
En Argentina, la Fundación Rewilding, junto con autoridades locales, implementó desde 2007 el proyecto Iberá para reintroducir al yaguareté en la provincia de Corrientes, donde estuvo extinto durante 70 años. Tras años de cría en corrales de preparación y monitoreo con cámaras trampa, se registraron nacimientos de jaguares en libertad entre 2022 y 2024, aumentando gradualmente la población silvestre. Un proyecto similar en el Parque Nacional El Impenetrable busca preservar y ampliar los últimos ejemplares en la provincia del Chaco.
El jaguar, el felino más grande de América y el tercero más grande del mundo, cumple un rol crucial en los ecosistemas donde habita. Como depredador tope, regula las poblaciones de otras especies y mantiene el equilibrio de su entorno. Además, posee un profundo significado cultural para las comunidades indígenas de América Latina, que lo veneran como protector de la selva.
A pesar de los avances, los expertos advierten que lograr que la especie salga del estatus de peligro en México podría tardar más de 30 años, hasta alcanzar una población aproximada de 8,000 individuos.