Jaguares en México: crecen 30% en 15 años, pero la lucha por salvarlos sigue
- El gran felino de América aún necesita décadas de protección para sobrevivir
El rugido del jaguar sigue resonando en México. El último censo nacional revela que la población de este majestuoso felino aumentó a 5,326 ejemplares en 2024, un 30% más que en 2010 y un 11% en comparación con 2018. Sin embargo, aunque la noticia es alentadora, la especie aún está en peligro de extinción y necesita al menos tres décadas de esfuerzos constantes para garantizar su supervivencia.
La Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar (ANCJ), responsable del estudio, calificó el crecimiento como “sorprendente y alentador”, pero advirtió que la meta es alcanzar más de 8,000 individuos para que el jaguar salga de la lista de especies en riesgo. Humberto Peña, miembro de la asociación, explicó que la creación de nuevas áreas protegidas ha sido clave para que los jaguares puedan desplazarse y reproducirse con mayor seguridad, aunque siguen siendo amenazados por la pérdida de hábitat, la caza ilegal y el tráfico de sus pieles, garras y colmillos.
El censo, realizado con 920 cámaras-trampa en 15 estados del país durante 90 días, mostró que la Península de Yucatán es el principal refugio del jaguar con 1,699 ejemplares, seguida por el Pacífico Sur con 1,541. También se registraron poblaciones en el Noreste y Centro de México (813), en el Pacífico Norte (733) y en la Costa del Pacífico Central (540).
La ANCJ hizo un llamado urgente a proteger los corredores biológicos que permiten la conexión entre hábitats, muchos de los cuales no cuentan con estatus de área natural protegida. Asimismo, pidió al gobierno y a las plataformas digitales redoblar esfuerzos para frenar la venta ilegal de partes del felino que aún circula en redes sociales.
“El jaguar es símbolo de nuestra riqueza natural y protegerlo es responsabilidad de todos”, señaló Peña. Este depredador, que alguna vez dominó desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina, hoy enfrenta una batalla decisiva en México. Su futuro depende de mantener y fortalecer las acciones de conservación en las próximas décadas.