Música suave para un público salvaje: el francés que conmueve a animales rescatados

Lengüetazos, miradas curiosas y silencios atentos sustituyen a los aplausos en los conciertos de Plumes, un músico francés que decidió llevar su guitarra a reservas naturales y santuarios de animales. Sus videos, que se han vuelto virales en redes, muestran escenas poco comunes: leones relajados, elefantes que se acercan en grupo, tortugas que se detienen a escuchar y aves que parecen seguir el ritmo con el cuerpo.

Plumes toca sentado, sin escenario ni barreras, frente a animales rescatados o en peligro de extinción. Canta melodías suaves, en francés o en inglés, mientras algunos se aproximan con cautela y otros lo hacen sin ningún pudor. Hay mordidas leves a las cuerdas, hocicos curiosos sobre la guitarra y miradas que transmiten calma. El músico mantiene el anonimato y actúa como si la música fuera un lenguaje común, capaz de generar confianza incluso en especies que suelen inspirar temor.

La ternura como mensaje de fondo

Más allá del impacto visual, cada escena lleva implícito un mensaje. En sus publicaciones, Plumes recuerda la drástica reducción de poblaciones como la de los elefantes o los pandas y aprovecha la atención para hablar de conservación. La música funciona como un puente, pero también como una pausa: un momento de calma que invita a mirar a los animales no como espectáculo, sino como seres vulnerables.

El proyecto comenzó de manera sencilla, tocando para las vacas de la granja de su abuela, y con el tiempo se trasladó a reservas de distintos países. Hoy, sus conciertos íntimos generan millones de reproducciones y comentarios de personas que encuentran en esos minutos un respiro y una forma distinta de acercarse a la naturaleza.

Sin discursos grandilocuentes, Plumes propone algo elemental: escuchar, observar y cuidar. En un entorno digital saturado de ruido, sus videos recuerdan que la conexión puede surgir desde lo más simple, una canción compartida en silencio.