Transformarán el sargazo en productos útiles como parte de un plan de economía circular en Quintana Roo
El gobierno federal impulsará una estrategia para aprovechar el sargazo que llega a las costas de Quintana Roo y convertirlo en productos como papel reciclado, biofertilizantes, materiales de construcción, lápices de colores y sandalias. Esta iniciativa forma parte de un plan de economía circular que busca transformar esta macroalga en un recurso productivo y sostenible.
Durante una gira de trabajo, la titular de Semarnat, Alicia Bárcena, se reunió con autoridades locales, comunidades costeras y empresas para fortalecer la coordinación en el manejo integral del sargazo. En Tulum, dialogó con pobladores afectados por el fenómeno, destacando que se busca impulsar proyectos que convierten residuos en oportunidades.
Uno de los acuerdos fue la posible instalación de un Polo de Desarrollo de Economía Circular para el Bienestar (Podecibi) en Quintana Roo. Este espacio serviría para concentrar proyectos productivos que utilicen el sargazo como materia prima y ofrecería incentivos fiscales y apoyo administrativo a quienes participen en la economía circular.
Producción sustentable y aprovechamiento responsable
Durante su visita, Bárcena también abordó el riesgo que representa el sargazo por su posible contenido de metales pesados como el arsénico. Para ello, se estableció una mesa técnica integrada por autoridades ambientales, científicas y pesqueras que evaluará qué productos pueden desarrollarse sin afectar la salud humana ni el medio ambiente.
El Parque de Economía Circular permitiría atraer más iniciativas productivas, desde la fabricación de ladrillos hasta calzado y pigmentos naturales. Además, el sargazo fue recientemente reconocido como producto pesquero, lo que habilita su recolección en el mar bajo normas específicas. Esta estrategia busca retirarlo antes de que toque tierra, evitando su descomposición en las playas.
Finalmente, Bárcena destacó que una parte del problema se origina en la descarga de nutrientes de grandes ríos como el Amazonas y el Congo, por lo que se mantiene un diálogo con Brasil para buscar soluciones desde el origen del fenómeno.
