¿Sabías que Las Jícamas, las fuentes tapatías, son un homenaje a nuestra forma de comer?
Aunque existen muchas formas de servirlas, los cortes artesanales también tienen su atractivo no solo para los comensales. Fue así como un snack ampliamente consumido en el país, como la jícama, sirvió de inspiración para el diseño de unas fuentes escultóricas en la ciudad de Guadalajara.
A principios de 1960, el gobierno local contrató al arquitecto austriaco radicado en la ciudad, Erich Coufal, para la realización de unas fuentes en una nueva glorieta. El prototipo de lo que resultó en Las Jícamas se encontraría en el cruce de las avenidas López Mateos y Niños Héroes, y estaría rebanada en dos secciones.
Cada sección tendría una fuente que la hiciera lucir pues la glorieta es bastante grande, con 200 metros de diámetro. Al tener un presupuesto ajustado, las fuentes tendrían que ser relativamente pequeñas y habría que darles una solución ingeniosa. Coufal comenzó a trabajar la propuesta hasta dar con el resultado: retomaría la geometría de las jícamas cortadas y vendidas popularmente en tianguis, mercados u otros lugares.
Lo que le había llamado la atención del arquitecto, que ya tenía tiempo viviendo en México, era la forma en que los vendedores de puestos de fruta picada suelen cortar y rebanar las frutas para venderlas y dejarlas listas para su consumo. Coufal observó que algunas se cortaban de una manera atractiva: con un cuchillo largo y resistente, en zigzag alrededor de su parte más ancha.
Al resolver la idea, Coufal invitó al ingeniero-arquitecto Raúl Gómez Tremari para que lo apoyara en la solución estructural y la calculara, según sus indicaciones. De hecho, Coufal fue uno de los arquitectos modernos más interesantes en Guadalajara; Tremari, por su parte, tuvo una gran influencia al estar involucrado en la realización del diseño estructural de obras públicas y privadas de todo tipo.
Al centro en la superficie, se encuentra un chorro vertical de agua, que solía ser muy alto y que hacía destacar a las fuentes ante los vehículos que pasan cada minuto por las avenidas. Actualmente no se le da tanta presión al agua para que esta se eleve, lo que ocasiona que pasen desapercibidas.
Aunque las fuentes están en buenas condiciones generales, una de ellas tuvo que ser reconstruida ya que colapsó debido a la poca atención a la glorieta, mientras se construía el túnel del paso desnivel en la avenida López Mateos. Ante la presión de los vecinos y especialistas en patrimonio, se logró la recuperación de la simetría de la glorieta, sobre todo en que las fuentes se encuentran en cada extremo de la glorieta sobre la avenida de los Niños Héroes.
La solución técnica y rígida de las estructuras de concreto armado de las fuentes resultó ser la mejor para representar la curiosa forma de consumir uno de los alimentos más importantes de la tradición culinaria popular en el país, que aportan vida ante un entorno acelerado como es el cruce de las importantes avenidas tapatías.
Créditos: Architectural Digest Mexico y Latinoamerica