México sigue siendo el rey del aguacate, pero Perú, Colombia y Chile le pisan los talones

México continúa liderando el mercado mundial del aguacate, aunque tres países sudamericanos —Perú, Colombia y Chile— comienzan a disputarle ese trono con una estrategia diferente: menos cantidad, más valor. Según el Avocado Value Index (AVI), citado por Bloomberg Línea, la competencia dejó de centrarse en el volumen y ahora gira en torno a la gestión del valor, la estabilidad de precios y la diversificación de mercados.

México mantiene su fortaleza gracias a la enorme producción y a su cercanía con Estados Unidos, su principal comprador. En 2024 exportó aguacates por más de 3,780 millones de dólares y podría superar los 4,000 millones en 2025, según el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA). Actualmente, el país concentra 41.9% de las exportaciones mundiales, lo que equivale a casi la mitad del comercio global.

Pero mientras México domina en volumen, sus vecinos del sur apuestan por estrategias más rentables. Perú, por ejemplo, redujo sus envíos el último año, pero logró aumentar el valor total de sus exportaciones. Colombia aprovecha su capacidad de producción durante todo el año para ganar estabilidad y poder de negociación, mientras que Chile concentra su cosecha en temporadas de alta demanda internacional, enfocándose en un producto de calidad premium.

De acuerdo con el mismo reporte, Latinoamérica produce más del 60% de los aguacates del mundo y genera el 62% de las exportaciones globales. Perú ocupa el segundo lugar con 1,240 millones de dólares en ventas internacionales, equivalente a 13% del mercado global. Chile tiene una menor participación, pero con precios elevados por kilo debido a su posicionamiento en segmentos gourmet.

El problema, sin embargo, no es solo competir en los mercados globales, sino equilibrar el éxito exportador con el acceso interno. En México, el aguacate se ha vuelto un producto cada vez más caro para los consumidores locales, a pesar de la abundancia en los campos de Michoacán, Jalisco y Colima. En Perú y Chile ocurre algo similar: los precios internos tienden a subir porque la exportación se prioriza por encima del consumo nacional.

Colombia, en cambio, busca aprovechar el espacio que dejan sus rivales. Bajo la marca sectorial Aguacates de Colombia, el país ha logrado posicionar su producto en 17 departamentos y más de 250 municipios. Según Corpohass, sus exportaciones del tipo Hass podrían crecer 25% en 2025 y alcanzar las 182,000 toneladas, de las cuales 60% se destinarán al mercado europeo. Europa es clave, aunque presenta desafíos culturales y logísticos. Su consumo per cápita apenas llega a 1 kilo al año, frente a los casi 4 kilos de Estados Unidos o los 9 de México y Chile, lo que abre un margen amplio de crecimiento.

Colombia también aprovecha un factor de calendario: su ventana de cosecha coincide con el final de las temporadas en California, Perú y México, lo que le permite colocar su aguacate cuando la oferta mundial baja. El país trabaja además en abrir el mercado brasileño y en compensar el arancel del 10% que enfrenta en Estados Unidos mediante eficiencia y certificaciones de calidad. Se espera que en 2026 sus primeras cajas certificadas bajo el sello nacional aparezcan en ferias internacionales.

Mientras tanto, México enfrenta tensiones internas. En Michoacán, principal estado productor y exportador, campesinos han bloqueado carreteras para exigir precios justos y denunciar extorsiones de grupos criminales. Los productores señalan que el aguacate destinado a exportación se paga a unos 20 pesos por kilo, mientras que el que se vende dentro del país apenas alcanza 8 o 9 pesos, por debajo de los costos de producción.

En Colima, los precios son incluso más bajos: entre 6 y 8 pesos por kilo, cuando producirlo cuesta entre 14 y 16. A pesar de una buena temporada de lluvias, el exceso de oferta nacional ha deprimido el mercado. Los agricultores piden créditos con tasas subsidiadas para sostener la rentabilidad y evitar el abandono del cultivo.

Así, mientras México sigue siendo el referente mundial del aguacate, el panorama regional se transforma. Perú optimiza, Chile refina, Colombia crece, y México —entre su poderío exportador y sus conflictos internos— deberá encontrar la manera de no perder la delantera en el producto que durante décadas ha sido sinónimo de su campo y de su sabor en el mundo.

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