Sheinbaum deslumbra en lista global de estilo y pone la moda indígena en primer plano
Claudia Sheinbaum Pardo apareció en una selección global de 67 figuras reconocidas por su manera de vestir durante 2025. La lista, elaborada por la directora de Moda de un diario estadounidense, resaltó la forma en que la presidenta incorpora prendas tradicionales con bordados y tejidos realizados por comunidades indígenas de México, una decisión que ha marcado su imagen pública desde el inicio de su gobierno.
Moda con raíces mexicanas
El reconocimiento llega en un momento en que la mandataria ha puesto especial atención en visibilizar el trabajo artesanal del país. La inclusión de prendas elaboradas por mujeres creadoras de distintas regiones no sólo ha marcado su propio estilo, sino que ha abierto conversación sobre el valor cultural y económico del diseño indígena.
La mención internacional estuvo acompañada de una fotografía de Sheinbaum y de una explicación sobre la manera en que su indumentaria impulsa la moda mexicana. Se subrayó, además, el papel que ha tenido al enfrentar a grandes empresas que reproducen, sin permiso, diseños tradicionales.
Un ejemplo fue la controversia surgida en agosto, cuando autoridades mexicanas cuestionaron a una marca extranjera por lanzar un modelo inspirado en Oaxaca sin consultar a las comunidades. El caso motivó una revisión legal para proteger a artesanas y artesanos frente a la apropiación indebida de sus creaciones. La presidenta ha insistido en que estos pueblos deben recibir reconocimiento y beneficios por el uso de su trabajo.
Quiénes elaboran su vestuario
Desde su toma de protesta, Sheinbaum ha mantenido una colaboración constante con diseñadoras y talleres mexicanos. Entre ellos destaca Olivia Trujillo Cortez, responsable de varios atuendos emblemáticos, incluido el que la presidenta usó en su boda y el que portó el día que asumió el cargo en 2024.
En esa ocasión, la empresa textil Lari Guie’, de Oaxaca, participó en la confección del vestido. El bordado floral fue obra de Claudia Vásquez Aquino, mientras que el armado estuvo a cargo de Saúl Mosqueda y de la propia Trujillo. El conjunto reflejó técnicas de la región, un detalle que la mandataria ha mantenido como sello en diferentes actos oficiales.
Esta línea estética se enlaza con su agenda política. En su primer año al frente del país, Sheinbaum declaró que sería el Año de la Mujer Indígena, una decisión que buscó dar mayor visibilidad al trabajo comunitario y a las tradiciones que sostienen buena parte de la identidad cultural mexicana. Su estilo, pensado para mostrar estas raíces, ha terminado por colocar las creaciones locales en una vitrina internacional.
Su presencia en la lista de personas más elegantes del año forma parte de una conversación más amplia: cómo la moda puede servir como puente para reconocer el talento de quienes, desde sus comunidades, continúan renovando técnicas ancestrales y aportando una visión creativa que sigue viva en el presente.
