Arde Red Bull: papá de Checo dice que su hijo hizo campeón a Max, y Jos Verstappen lo llama “cobarde”

El show de la Fórmula 1 a veces se corre más fuera que dentro de la pista. Ahora fueron los papás los que encendieron el pleito. Antonio Pérez Garibay, padre de Sergio “Checo” Pérez, aseguró que Red Bull necesitó al mexicano para hacer de Max Verstappen un tricampeón. La respuesta de Jos Verstappen, papá del neerlandés, no tardó: lo llamó “cobarde” en redes sociales.

Todo empezó cuando Pérez Garibay declaró que Checo nunca tuvo las mismas armas que su compañero de equipo. Según él, Red Bull se encargó de darle el mejor auto a Verstappen mientras su hijo peleaba con un monoplaza de segunda. Aun así, recordó, durante los cuatro años que Checo estuvo en el equipo, Red Bull salió campeón. “Si Sergio hubiera tenido el mismo coche, ahora sería campeón del mundo”, sentenció.

El papá de Checo fue más lejos: recordó que su hijo mantuvo a raya a Lewis Hamilton en 2021, el año más apretado de Verstappen. Según él, esa defensa fue clave para que Max levantara el primero de sus títulos. “A Checo Pérez lo necesitaban para que Max fuera campeón”, soltó como dardo directo a Milton Keynes.

Pero Jos Verstappen no se quedó callado. Después de meses de silencio en redes, reapareció solo para fulminar a Pérez Garibay con un tuit: “Qué cobarde es. Siempre le han dado el mismo material, pero tiene que pisar el acelerador”. Una declaración breve, pero suficiente para que el debate explotara en la afición.

La realidad es que los números son fríos: Max ganó 19 de 22 carreras en 2023 y nunca dejó dudas de quién mandaba en Red Bull. Checo, pese a momentos brillantes, terminó fuera del equipo en 2024, víctima de altibajos y de la falta de paciencia de una escudería que vive para un solo piloto.

Ahora, con la mira en 2026, Checo regresa al Gran Circo con Cadillac, que debutará en la Fórmula 1. Será compañero de Valtteri Bottas, otro piloto acostumbrado a convivir con la etiqueta de “segundo”. Y mientras él intenta escribir un nuevo capítulo en su carrera, su padre ya calienta el ambiente con declaraciones que no pasarán desapercibidas en el paddock.

Lo cierto es que el pique entre papás revela algo incómodo: la F1 también es un juego de poder y narrativa. Red Bull siempre fue el “equipo de Max”, pero en México muchos recuerdan que, sin las defensas épicas de Checo, Hamilton podría haber arruinado la fiesta neerlandesa.

La próxima vez que Antonio Pérez y Jos Verstappen se crucen en un paddock, el verdadero morbo no estará en la pista, sino en ver quién frena primero… y no precisamente un monoplaza.

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