Crisis antes de la final: Real Madrid amenaza con no jugar ante Barcelona por la Copa del Rey
La antesala de la final de la Copa del Rey entre Real Madrid y Barcelona se ha visto envuelta en una polémica sin precedentes. A tan solo horas del esperado partido que se jugará en el estadio La Cartuja de Sevilla, el club merengue publicó un comunicado en el que condena las declaraciones de los árbitros designados y dejó entrever la posibilidad de no presentarse a disputar el encuentro.
La tensión se disparó luego de una conferencia de prensa en la que Ricardo De Burgos Bengoetxea, árbitro principal del partido, se quebró emocionalmente al hablar sobre los insultos que ha recibido y cómo estos afectan a su familia. A su lado, el encargado del VAR, Pablo González Fuertes, respaldó sus palabras y criticó las presiones que llegan desde redes sociales y medios vinculados a clubes de futbol, incluyendo al propio Real Madrid.
El conflicto estalló tras la publicación de un video en el canal oficial del Madrid, donde se detallaban estadísticas que mostraban un presunto sesgo arbitral a favor del Barcelona. El análisis señalaba que, bajo el arbitraje de De Burgos, el Madrid solo había ganado el 64% de sus partidos, mientras que el Barça alcanzaba un 81% de triunfos. Esta publicación fue interpretada por los árbitros como un ataque directo.
Tensión creciente entre clubes y árbitros
En reacción a estas declaraciones, el Real Madrid anunció que cancelaba su participación en los actos oficiales previos al partido, como la conferencia de prensa y el entrenamiento en el estadio. También trascendió que Florentino Pérez, presidente del club, no asistiría a la cena protocolaria organizada por la Federación, y en su lugar estaría Emilio Butragueño. Esta actitud generó un fuerte repudio dentro del entorno futbolístico, que considera que el club está ejerciendo presión indebida sobre los árbitros.
La Real Federación Española de Futbol se negó a cambiar la terna arbitral y respondió que no se dejarán manipular por ningún club. Mientras tanto, desde Barcelona, el técnico Hansi Flick defendió a los jueces y pidió respeto. Declaró que el futbol es un deporte en el que se debe proteger tanto a jugadores como a árbitros, subrayando que estos últimos son necesarios para mantener el orden y la justicia en la cancha.
El club blanco profundizó su postura al emitir un duro comunicado en el que calificó de inadmisibles las declaraciones de los árbitros. Según el texto, estas fueron emitidas con un tono amenazante y hostil, apuntando directamente contra Real Madrid TV y su cobertura. El club acusó a los árbitros de tener una actitud parcial en su contra y exigió a la Federación que tomara medidas para proteger la imparcialidad de la final.
El presidente de La Liga, Javier Tebas, también se sumó a la polémica con una serie de mensajes publicados en redes sociales, sin mencionar directamente a Florentino Pérez pero dejando en claro su postura. Afirmó que el presidente del Real Madrid sólo apoya las decisiones que le favorecen y denunció una estrategia de presión constante hacia el sistema arbitral. Para Tebas, el club no busca protestar, sino controlar el futbol español a su conveniencia.
Todo esto ocurre en medio de una temporada cargada de enfrentamientos entre ambos equipos, que además se verán las caras próximamente en La Liga. El contexto tenso, la presión mediática y la creciente rivalidad institucional convierten esta final en un evento no solo deportivo, sino también político y simbólico.
A pocas horas del silbatazo inicial, la pregunta sigue en el aire: ¿se presentará el Real Madrid a jugar la final? Mientras tanto, el futbol español observa con preocupación cómo se desdibuja el espectáculo ante la sombra de la desconfianza y los intereses cruzados.