Bad Bunny en el Super Bowl 2026 desata críticas racistas en Estados Unidos

La confirmación de que Bad Bunny encabezará el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl 2026, programado para el 8 de febrero en el Levi’s Stadium de California, provocó una ola de reacciones en Estados Unidos. Si bien muchos celebraron que el artista puertorriqueño se convierta en el primer latino en presentarse en solitario en este escenario, sectores conservadores expresaron un rechazo marcado por comentarios racistas y ataques al idioma español.

Corey Lewandowski, funcionario del Departamento de Seguridad Nacional, advirtió en una entrevista que desplegará agentes de ICE durante el evento, y calificó de “vergonzosa” la decisión de elegir al cantante. El influencer Benny Johnson, con millones de seguidores en redes sociales, lo acusó de ser “enemigo de Trump” y criticó que no tenga canciones en inglés. La expiloto Danica Patrick añadió que “no deberían permitirse canciones que no estén en inglés en un evento televisado a nivel mundial”.

A las críticas se sumaron activistas como Robby Starbuck, que acusó a la NFL de politizar el Super Bowl al darle espacio a un artista latino con posturas públicas contra Trump y sus políticas migratorias. Incluso el fiscal general de Texas, Ken Paxton, sugirió reemplazarlo por un cantante “patriótico”, lo que le valió acusaciones de racismo y recordatorios de su historial personal de escándalos.

Bad Bunny, cuyo nombre real es Benito Antonio Martínez Ocasio, ha mantenido posiciones críticas hacia las políticas migratorias de Trump. En 2020 respaldó a Kamala Harris y ha usado su música como plataforma para visibilizar problemáticas sociales que afectan a la comunidad latina. Durante su última gira evitó presentarse en Estados Unidos para proteger a sus seguidores de posibles redadas del ICE.

El artista respondió con calma a las polémicas: “Voy a disfrutar. Voy a mostrar lo que tenemos, nuestra música, nuestra cultura”. Su participación lo coloca en la misma línea de figuras como Rihanna, Usher o Kendrick Lamar, pero con el añadido de cantar en español y desde una identidad que incomoda a parte del público conservador.

Más allá del debate político, el Super Bowl 2026 marcará un momento histórico: un artista latino al frente de uno de los espectáculos más vistos del mundo, sin traducir su voz ni su cultura al inglés.

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