Bad Bunny responde a críticas por su actuación en el Super Bowl con humor y mensaje político

El cantautor puertorriqueño Bad Bunny arrancó la nueva temporada de Saturday Night Live con un monólogo cargado de humor, ironía y un claro mensaje político, en respuesta a las críticas que ha recibido por ser el artista principal del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX, programado para el próximo 8 de febrero en Santa Clara, California.

Desde el inicio, Bad Bunny utilizó el sarcasmo como herramienta. En inglés y español, aseguró que su participación “tiene a todo el mundo feliz, incluido Fox News”, y presentó un montaje humorístico con recortes de voces de ese medio, como si afirmaran: “Bad Bunny es mi músico favorito y debería ser el próximo presidente”. El gesto no solo fue una broma, sino también una respuesta a las voces conservadoras que han criticado su elección, cuestionando principalmente que sus canciones estén en español y su postura crítica hacia políticas migratorias estadounidenses.

En español, Bad Bunny subrayó que su presentación en el Super Bowl “más que un logro mío, es un logro de todos (los latinos)”, y destacó que “nuestra huella y nuestra aportación a este país nunca nadie la podrá sacar o borrar”. Antes de despedirse del público, lanzó otra frase cargada de humor: “Si no entendieron lo que acabo de decir, tienen cuatro meses para aprender”. El músico también aprovechó su participación para recrear varios sketches, incluyendo una adaptación de la popular serie mexicana El Chavo del Ocho.

La controversia alrededor de su participación no es menor. Desde el anuncio oficial, diversos sectores conservadores en Estados Unidos han cuestionado su presencia en un escenario tan mediático, y algunos incluso han llamado a boicotear el evento. Entre las críticas está el rechazo a la predominancia del español en su repertorio y su postura frente a la política migratoria estadounidense, especialmente las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Bad Bunny incluso ha declarado públicamente que evitó presentarse en otros estados del país por temor a que ICE persiguiera a sus fanáticos. Días después del anuncio, altos funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional confirmaron que ICE patrullaría el evento, intensificando la tensión.

Más allá de la polémica, Bad Bunny atraviesa un momento clave en su carrera. Su residencia de 30 conciertos en Puerto Rico no solo agotó localidades, sino que generó un impacto económico de 250 millones de dólares para la isla y reunió a unos 600 mil espectadores. Este éxito refuerza su influencia global y su papel como referente cultural latinoamericano. No es la primera vez que participa en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl: en 2020, fue invitado por Jennifer López junto a otras figuras latinas como Shakira y J Balvin.

Su monólogo en Saturday Night Live no solo sirvió como defensa ante sus críticos, sino como una declaración de identidad cultural. Bad Bunny convirtió su humor en una plataforma para reivindicar el aporte latino a Estados Unidos y su derecho a expresarse en español en un escenario global. Entre risas y aplausos, dejó claro que su actuación no es solo un espectáculo musical, sino también un acto simbólico que reivindica la diversidad cultural y política en uno de los eventos más vistos del mundo.

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