EUA y China reanudan negociaciones comerciales en medio de amenazas arancelarias de Trump
En Estocolmo concluyó la primera jornada del nuevo ciclo de negociaciones comerciales entre China y Estados Unidos, un encuentro clave para definir el rumbo de su guerra arancelaria y evitar una escalada que afectaría a múltiples economías, incluida la mexicana.
La reunión, celebrada en el edificio Rosenbad, sede del gabinete del primer ministro sueco, transcurrió sin declaraciones oficiales sobre los avances. No obstante, se espera que las conversaciones continúen el martes, días antes de que venza el plazo impuesto por Donald Trump para implementar nuevas subidas arancelarias a varios países.
China ha reiterado su postura de buscar “respeto mutuo y reciprocidad” en estas negociaciones. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores, su portavoz Guo Jiakun instó a reducir malentendidos y fortalecer la cooperación bilateral.
El trasfondo de estas reuniones es una pausa arancelaria de 90 días acordada en mayo, cuyo vencimiento podría reactivar la escalada de impuestos a las importaciones, con tarifas que ya se ubican entre las más altas desde los años 30, según el centro de estudios Budget Lab de la Universidad de Yale.
De concretarse las nuevas medidas de Trump, Brasil enfrentaría aranceles de hasta 50%, México un 30% y Canadá un 35%. Las implicaciones económicas no son menores: productos estratégicos, cadenas de suministro globales y sectores clave como el automotriz o el tecnológico podrían verse afectados.
Aunque aún no hay acuerdos definitivos, se reportan avances en áreas sensibles como el acceso chino a semiconductores estadounidenses y la exportación de tierras raras. Según el South China Morning Post, una prórroga de la tregua es un objetivo alcanzable.
Analistas consideran que la administración estadounidense ha suavizado su enfoque hacia China en las últimas semanas, privilegiando la estabilidad antes que la confrontación. Para países como México, ese giro podría ofrecer una ventana de oportunidad, pero también exige cautela.
Trump ha mantenido su discurso amenazante hacia gobiernos que considera poco cooperativos, como el de Brasil, al que acusa de no tomar medidas contra el expresidente Jair Bolsonaro, o el de México, por supuestamente no hacer lo suficiente para frenar el tráfico de fentanilo. Pese a los gestos de colaboración en materia migratoria, Washington mantiene la presión.
Las tensiones también alcanzan a socios como Corea del Sur, Taiwán e India, con quienes aún no se logran acuerdos. Mientras tanto, países como Indonesia, Japón, Filipinas, Reino Unido y Vietnam ya pactaron incrementos arancelarios de entre el 15 y el 20%.
Una eventual reunión entre Trump y su homólogo chino Xi Jinping podría marcar el siguiente capítulo de este pulso económico. Lo que ocurra en Estocolmo será determinante no solo para las dos mayores economías del planeta, sino también para los países que, como México, enfrentan un contexto internacional incierto, donde la soberanía económica vuelve a estar en juego.