Fracturas, traiciones y autoritarismo: Milei enfrenta su peor crisis interna a ocho meses de gobierno

A solo ocho meses de haber asumido, el gobierno de Javier Milei atraviesa su momento más crítico. La ruptura con su vicepresidenta Victoria Villarruel y las tensiones con su principal asesor, Santiago Caputo, han sacado a la luz las profundas divisiones dentro del oficialismo argentino y la fragilidad del proyecto político que prometía “terminar con la casta”, pero hoy se muestra cercado por disputas internas, alianzas contradictorias y decisiones autoritarias.

La reconfiguración del poder dentro de La Libertad Avanza estalló con la definición de candidaturas para las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires. Karina Milei —hermana del presidente y figura central del entorno— asumió el control total del armado electoral, desplazando a sectores libertarios y priorizando acuerdos con dirigentes del PRO, el partido del expresidente Mauricio Macri. La decisión provocó la reacción de los seguidores de Caputo, quienes denunciaron el desplazamiento de figuras históricas del movimiento libertario.

“En esta batalla, la lealtad no es una opción: es una condición”, advirtió Karina Milei, marcando territorio ante las críticas. El mensaje fue interpretado como una amenaza directa a los sectores internos que cuestionan el rumbo del gobierno y la concentración del poder en el círculo familiar del presidente.

Una vicepresidenta aislada y un asesor desechado: el modelo Milei muestra grietas

La tensión escaló aún más con la confrontación pública entre Milei y su vicepresidenta. Villarruel fue acusada por el propio mandatario de haber permitido una sesión legislativa que aprobó leyes contrarias al ajuste fiscal. La llamó “bruta traidora”, mientras ella respondió señalando que Milei “vive aislado de la realidad”.

Aunque el distanciamiento venía de tiempo atrás, la disputa actual confirma una ruptura de hecho. Villarruel ha sido marginada de las decisiones del Ejecutivo y del armado político, mientras Karina Milei consolida un poder sin contrapesos dentro del oficialismo.

Por otro lado, el asesor Santiago Caputo —figura clave en la construcción del discurso y estrategia libertaria— ha perdido influencia. Sus redes sociales fueron cerradas en medio de la tormenta política y varios de sus aliados fueron desplazados. Analistas coinciden en que el poder hoy está concentrado en Karina Milei, quien capitalizó el único éxito electoral del oficialismo: la elección en la Ciudad de Buenos Aires.

Un gobierno sin resultados, sin diálogo y cada vez más encerrado

Para el analista Santiago Giorgetta, la disputa no es menor: refleja una pelea por el control del proyecto mismo. “Hoy el gobierno no tiene logros de gestión que mostrar. Solo el ajuste. Y ni siquiera se hace cargo de sus consecuencias”, señaló, recordando las afectaciones al sistema de salud y a las políticas sociales.

Giorgetta también advirtió que Villarruel, aunque derrotada políticamente, podría representar una carta de presión institucional: preside el Senado y su creciente distancia con el presidente podría reflejar un mensaje de sectores de poder que observan con preocupación el rumbo autoritario del Ejecutivo.

¿Un liderazgo en crisis?

El modelo personalista y vertical de Milei, que se presenta como una cruzada contra la política tradicional, empieza a crujir desde adentro. El desplazamiento de figuras clave, la confrontación con su vice, el debilitamiento de sus alianzas y la falta de resultados concretos son señales de una crisis que ya no puede ser atribuida a “la herencia recibida”.

Mientras crece la presión por las elecciones legislativas de octubre, el oficialismo se debate entre cerrar filas a toda costa o admitir que su promesa de renovación está deviniendo en una administración sin rumbo, sin cohesión y cada vez más lejana de las necesidades reales del pueblo argentino.

Compartir
Author

kb4vlpcwk7gw@p3plzcpnl489463.prod.phx3.secureserver.net

No Comments

Leave A Comment