Más de dos tercios de estadounidenses califican mal su economía
Una encuesta reciente en Estados Unidos refleja el malestar de la población frente al rumbo económico del país. Según el estudio realizado por The Economist y YouGov entre el 19 y el 22 de septiembre, más de dos tercios de los ciudadanos creen que la economía se encuentra en condiciones “regulares” o “malas”. El resultado llega pocos días después de que la Reserva Federal anunciara un recorte en las tasas de interés y anticipara nuevas reducciones hacia fin de año.
Del total de 1,551 adultos encuestados, el 35% calificó la economía como “pobre” y el 32% como “regular”. Apenas un 24% la consideró “buena” y solo 4% “excelente”. El descontento es mayor entre los jóvenes: en el grupo de 18 a 29 años, 69% opinó que la situación es regular o mala. El panorama también empeora entre quienes tienen ingresos bajos: casi tres cuartas partes de quienes ganan menos de 50 mil dólares anuales creen que la economía va mal, mientras que entre quienes perciben entre 50 y 100 mil dólares anuales la percepción negativa es de 33%.
Tasas, inflación y empleo: las señales mixtas
El sondeo se llevó a cabo tras la decisión de la Reserva Federal de reducir la tasa de interés en un cuarto de punto, ubicándola entre 4% y 4.25%. El organismo anticipó dos recortes más antes de fin de año como respuesta a un mercado laboral debilitado. Jerome Powell, presidente de la Fed, señaló que los riesgos para la inflación siguen siendo altos, pero que los problemas de empleo están pesando más en las decisiones de política monetaria. La tasa de desempleo alcanzó 4.3% en agosto, por encima de las previsiones, lo que generó mayor preocupación.
El malestar ciudadano también se explica por la percepción de que la economía empeora: 54% de los encuestados cree que la situación va en declive, más del doble que durante el inicio del segundo mandato de Donald Trump. La inflación, aunque moderada, sigue presionando. Entre julio y agosto, los precios al consumidor crecieron 0.2%, lo que llevó la tasa anual a 2.9%. Los precios subyacentes —que excluyen alimentos y energía— aumentaron 3.1% en un año.
Economistas como Brian Coulton, de Fitch Ratings, advierten que las políticas arancelarias impulsadas por Trump han tenido un impacto lento pero constante en los precios al consumidor, generando presiones adicionales.
México frente al espejo
Para México, estos datos son relevantes porque reflejan el estado del principal socio comercial. Una economía estadounidense percibida como débil repercute en la confianza del consumidor y de los inversionistas, lo que puede traducirse en menor demanda de exportaciones mexicanas, volatilidad cambiaria o ajustes en la política monetaria local. Al mismo tiempo, el viraje de la Reserva Federal hacia recortes de tasas puede dar un respiro a México en términos de financiamiento externo y estabilidad financiera.
La percepción negativa en Estados Unidos subraya un hecho clave: más allá de los indicadores técnicos, la confianza de la gente en su economía es un motor esencial. Y aunque la Fed busca dar señales de control, la desconfianza de la población marca un desafío político y social que también podría tener eco en la región.