Orbán avanza sobre los medios: compran el diario con mayor alcance del país

En Hungría, el anuncio de que el tabloide Blikk —el diario más leído del país, con millones de visitas mensuales en su sitio web— pasará a manos de Indamedia, un grupo mediático cercano al primer ministro Viktor Orbán, provocó inquietud entre periodistas y analistas. La operación ocurre a pocos meses de las elecciones generales de 2026, donde el partido gobernante enfrenta una oposición más fuerte de lo habitual.

Un giro dentro de la prensa más popular

Blikk y otras publicaciones pertenecían a Ringier, una compañía suiza que argumentó razones estratégicas y económicas para vender sus activos en Hungría. Sin embargo, el contexto político hace que la compra sea vista como algo más que una transacción empresarial.

El editor saliente, Iván Zsolt Nagy, anunció su renuncia luego de apenas siete meses en el cargo, tiempo en el que intentó reorientar el tabloide hacia coberturas más amplias en política, economía y cultura, además de notas de entretenimiento. Parte de la redacción expresó desconcierto y frustración. Para algunos periodistas, el cambio significa elegir entre permanecer con posibles presiones editoriales o perder su empleo en un mercado mediático cada vez más reducido.

En los últimos quince años, el gobierno de Orbán ha impulsado un modelo político que privilegia medios afines, ya sea mediante alianzas empresariales o restructuraciones regulatorias. Observatorios independientes señalan que el margen para la prensa crítica se ha reducido progresivamente, algo visible en la concentración de canales de televisión, estaciones de radio y portales informativos bajo grupos alineados con el gobierno.

Una batalla por el relato público

La compra de Blikk llega en un momento en el que la figura de Péter Magyar, líder del partido opositor Tisza, ha ganado apoyo en las calles con discursos contra la corrupción y promesas de reformar el sistema político. El control de medios de alto alcance, como Blikk, resulta clave en un escenario electoral donde la información es también disputa por la opinión pública.

Blikk, pese a su estilo sensacionalista, había publicado reportajes sobre presuntos casos de corrupción en el gobierno. Organizaciones dedicadas a monitorear medios advierten que, si el tabloide adopta una línea editorial favorable al oficialismo, la influencia en el electorado podría ser notable, dada su capacidad de llegar a sectores amplios y diversos.

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