Oro y plata marcan máximos históricos impulsados por geopolítica y expectativas de tasas
El oro y la plata han alcanzado nuevos récords históricos en su cotización, encaminándose a cerrar 2025 con su mejor desempeño anual en más de cuatro décadas. El oro superó los 4,381 dólares por onza, mientras que la plata se acercó a los 70 dólares, en un repunte impulsado por un combinado de tensiones geopolíticas y expectativas de una política monetaria más flexible en Estados Unidos.
Factores clave detrás del boom de los metales preciosos
Dos fuerzas principales están alimentando esta rally sin precedentes. En primer lugar, los mercados anticipan nuevos recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal durante 2026, una perspectiva reforzada por el propio presidente Donald Trump. Los tipos de interés más bajos favorecen a los metales preciosos, que no generan rendimiento, haciéndolos más atractivos frente a activos como los bonos.
En segundo plano, las crecientes tensiones globales—desde el bloqueo petrolero contra Venezuela hasta los ataques en el Mediterráneo relacionados con la guerra en Ucrania—han intensificado la demanda de activos refugio seguros como el oro. Este fenómeno se ve amplificado por compras récord de bancos centrales y un flujo constante de capital hacia fondos cotizados (ETF) respaldados por lingotes.
El oro ha subido un 67% este año, mientras que el platino ha registrado una espectacular apreciación del 124%. Analistas de importantes firmas como Goldman Sachs prevén que los precios podrían continuar su escalada en 2026, con un escenario base de 4,900 dólares para el oro, citando una demanda que compite por una oferta física limitada.
Este panorama sitúa a los metales preciosos en el centro de la estrategia de inversión global, funcionando tanto como cobertura contra la incertidumbre como apuesta ante un posible cambio en el ciclo monetario. Para el inversor común, este rally histórico subraya el papel perenne de estos metales como reserva de valor en tiempos de volatilidad, aunque también plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de precios que ya rozan niveles extraordinarios.
