Paquete Económico 2026: del “megaimpuesto” a las apuestas al frente contra el huachicol fiscal

El gobierno federal presentó el Paquete Económico 2026 y trajo consigo dos golpes directos: uno a los bolsillos de quienes buscan la “suerte” en las casas de apuestas en línea y otro a los bolsillos de quienes fabrican su propia suerte a través del fraude fiscal en el sector energético.

Adiós al parlay fácil

La Secretaría de Hacienda anunció un “megaimpuesto” a las apuestas en línea, con el argumento de que estas plataformas han provocado un daño social y económico que ya no puede ignorarse. Los números no mienten: jóvenes enganchados, familias endeudadas y aplicaciones que funcionan como casinos portátiles en cada celular.

El plan consiste en subir el impuesto ad valorem del 30% al 50% sobre lo apostado o lo ganado, un ajuste incluido en la categoría de “impuestos saludables”, junto a aumentos en refrescos, cigarros y hasta videojuegos. La medida busca frenar una industria que, a ojos del gobierno, compite de tú a tú con el alcohol y la nicotina en cuanto a efectos nocivos.

En Latinoamérica, el fenómeno no es ajeno: en Brasil, incluso bancos digitales como Nu tuvieron que endurecer sus políticas de crédito ante la ola de apuestas. México ahora intenta anticiparse, aunque la pregunta inevitable es si los usuarios dejarán de apostar o simplemente se mudarán a plataformas menos reguladas.

Huachicol fiscal: la otra fuga millonaria

Mientras tanto, el viejo fantasma del huachicol reapareció, pero ya no en forma de tomas clandestinas. Hoy el negocio está en los papeles aduanales. El llamado huachicol fiscal consiste en introducir gasolina y diésel como si fueran lubricantes, alcoholes o aditivos para evadir el IEPS. Un truco contable que ha provocado pérdidas de más de 170 mil millones de pesos.

El esquema es tan rentable que, según la embajada de Estados Unidos, se ha convertido en la segunda fuente de ingresos del crimen organizado, solo superada por el narcotráfico. No es de sorprender que la red involucre empresarios, exfuncionarios, marinos activos y retirados, todos operando bajo la sombra de la corrupción institucional.

La presidenta Claudia Sheinbaum prometió una política de cero impunidad y ya presume golpes mediáticos, como la interceptación de un buque en Tampico que había declarado transportar cualquier cosa menos combustible. Catorce detenidos, entre ellos funcionarios y militares, confirman que no se trata de una operación improvisada, sino de una estructura bien montada.

Entre apuestas y combustibles

La paradoja es clara: mientras a los usuarios comunes se les castiga por apostar en su celular, redes de contrabando multimillonarias han operado durante años gracias a lagunas legales y complicidad oficial. El Paquete Económico 2026 intenta cerrar ambas fugas: la de dinero de bolsillo que se va en apps de azar y la de dinero público que desaparece en barcos y aduanas.

Lo cierto es que la suerte, en cualquiera de sus formas, parece estar en juego. Para unos, el boleto de salida es pagar más impuestos. Para otros, el riesgo es enfrentar cargos por fraude y crimen organizado. El Estado, al menos en el papel, decidió entrarle de lleno a ambas apuestas.

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