Ultraricos duplican su fortuna mientras se recorta la ayuda internacional: Oxfam alerta de un modelo en crisis

La riqueza del 1 % más acaudalado del planeta ha crecido en más de 33.9 billones de dólares desde 2015, una suma suficiente para eliminar la pobreza mundial 22 veces, según un nuevo informe de Oxfam Internacional. Esta concentración de capital se produce en un contexto donde 3,700 millones de personas siguen en situación de pobreza, a una década de que se acordaran los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El informe, titulado Del beneficio privado al poder público: financiar el desarrollo, no la oligarquía, revela que entre 1995 y 2023, la riqueza privada global aumentó en 342 billones de dólares, mientras que la riqueza pública apenas creció en 44 billones. Este desequilibrio muestra una tendencia clara: mientras la riqueza pública pierde peso relativo, la concentración del capital en manos privadas se acelera, impulsada por políticas que favorecen a los sectores más ricos.

Uno de los datos más contundentes del análisis señala que los 3,000 multimillonarios más ricos han sumado 6.5 billones de dólares a su fortuna desde 2015, representando ya el 14.6 % del Producto Interno Bruto mundial. Este crecimiento desproporcionado contrasta con el retroceso de la cooperación internacional: los países del G7 —que representan cerca de tres cuartas partes de la ayuda oficial al desarrollo— planean reducir sus aportaciones en un 28 % para 2026, en comparación con 2024.

Una arquitectura que favorece a los acreedores privados

La investigación advierte que estos recortes ocurren en un contexto de crisis de deuda que afecta principalmente al Sur Global. Cerca del 60 % de los países de ingresos bajos están al borde de una crisis de deuda, destinando más recursos al pago de intereses a acreedores ricos que a servicios esenciales como salud o educación. El modelo financiero actual ha delegado en Wall Street y otros actores privados la dirección del desarrollo global, lo que ha generado impactos negativos y ha demostrado ser ineficaz para cumplir con las metas sociales y ambientales.

Oxfam denuncia que los acreedores privados, que ya quintuplican a los donantes bilaterales, concentran más de la mitad de la deuda de los países de ingresos bajos y medios. Estos actores suelen imponer condiciones punitivas y rechazan renegociaciones, agravando aún más la crisis de deuda. De seguir esta tendencia, solo el 16 % de los objetivos establecidos en la Agenda 2030 podrían cumplirse.

La organización también alerta sobre las consecuencias mortales de los recortes: se estima que podrían producirse hasta 2.9 millones de muertes adicionales por VIH/sida en los próximos cinco años debido a la falta de recursos internacionales.

Amitabh Behar, director ejecutivo de Oxfam Internacional, advirtió que la hegemonía del capital privado ha desplazado fórmulas comprobadas de inversión pública y fiscalidad progresiva. “Los países ricos han puesto a Wall Street al mando del desarrollo internacional. No sorprende que los gobiernos estén tan lejos de cumplir metas como acabar con el hambre o impulsar empleos dignos”, señaló.

Un llamado a cambiar el rumbo global

Oxfam plantea una serie de propuestas para revertir esta tendencia. En primer lugar, pide que se anteponga lo público frente a los intereses financieros privados y se rechace la idea de que la inversión privada es una solución mágica para el desarrollo. También urge a formar nuevas coaliciones internacionales que promuevan políticas contra la desigualdad, siguiendo el ejemplo de países como Brasil, Sudáfrica, España, Alemania y Noruega.

La organización exige revitalizar la ayuda oficial, gravar a los ultrarricos, reformar el sistema internacional de deuda y desarrollar nuevos indicadores que vayan más allá del PIB. También sugiere seguir el ejemplo de Brasil y su propuesta en el G20 para imponer impuestos globales a las personas con mayor riqueza neta. Además, llama a apoyar una nueva convención fiscal bajo el paraguas de la ONU, así como una reforma profunda en la arquitectura de la deuda global.

Una reciente encuesta en 13 países, incluyendo México, revela que nueve de cada diez personas apoyan financiar servicios públicos y combatir el cambio climático mediante impuestos a las grandes fortunas. Oxfam destaca que este respaldo popular muestra que el cambio es posible si hay voluntad política.

El informe será presentado en la 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo, que arranca el 30 de junio en Sevilla, donde se espera la participación de representantes de más de 190 países.

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