John Nash: el genio que aprendió a vivir con sus alucinaciones
John Forbes Nash fue un matemático brillante que revolucionó la teoría económica con sus estudios sobre juegos no cooperativos, por los que ganó el Premio Nobel en 1994. Pero su legado no solo reside en las matemáticas: también es recordado por su lucha contra la esquizofrenia, enfermedad que marcó su vida desde los 30 años.
Nacido en Virginia Occidental en 1928, Nash fue un joven prodigio. A los 21 años ya había escrito la tesis que cambiaría para siempre la teoría de los juegos. En Princeton sorprendió a figuras como Einstein y Von Neumann. Su famoso “equilibrio de Nash” demostró que, en ciertos juegos, todos los jugadores pueden beneficiarse si cooperan y mantienen sus estrategias estables.
En plena Guerra Fría, trabajó en instituciones clave como la RAND y el MIT, donde conoció a Alicia Lardé, su esposa y madre de su hijo. Sin embargo, poco después del matrimonio, comenzó a sufrir delirios: creía que lo espiaban agentes comunistas y que extraterrestres enviaban mensajes cifrados a través de periódicos. Rechazaba los medicamentos y fue internado varias veces. A pesar de los tratamientos, pasaba largos periodos desconectado de la realidad.
Pero Nash tomó una decisión insólita: dejó de creer en sus delirios. Reconoció, por ejemplo, que una niña que lo acompañaba desde hacía años en sus visiones no podía ser real porque nunca envejecía. Así, poco a poco, logró diferenciar lo real de lo imaginario. Nunca dejó de ver ni oír cosas, pero aprendió a ignorarlas. En sus palabras: “Salí de mi pensamiento irracional sin otro medicamento que los cambios hormonales del envejecimiento”.
Con el tiempo, retomó su carrera y volvió a ser reconocido. En 2015, recibió el Premio Abel en Matemáticas. Alicia, siempre a su lado, fue clave en su recuperación. Murieron juntos el 23 de mayo de ese año, en un accidente automovilístico en Nueva Jersey. Su historia fue llevada al cine en Una mente brillante, donde Russell Crowe interpretó al matemático. Nash no solo fue un genio de las matemáticas: también fue un ejemplo de resistencia frente a la enfermedad.