Drogar a mujeres en el antro no es un delito por falta de tipificación

  • La sumisión química o spiking, se comete desde hace décadas para ejercer abuso sexual, robo y secuestro; sin embargo, no está tipificado como delito

 

En México, no existe un marco legal que aborde el tema de la sumisión química o “spiking”. Actualmente, sólo se persiguen los delitos que ocurren después de la pérdida de la conciencia de la víctima (abuso sexual, secuestro, robo, extorsión u homicidio), advirtió Salvador Guerrero, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México (CDMX).

 

Quienes cometen este crimen cuentan con muchas ventajas, pues las sustancias con las que dopan a sus víctimas, además de doblegar su voluntad y autonomía, provocan la pérdida de la memoria a corto plazo; aunado a ello, a la víctima se le suele juzgar con señalamientos morales que estorban en la impartición de justicia. Por ello, Publimetro contactó a víctimas y especialistas en materia.

 

Otro problema es la inexistencia de un marco legal que combata la sumisión química, esto significa que si alguien que fue dopado contra su voluntad y pudo ponerse a salvo de sus presuntos agresores, no cuenta con un marco jurídico que lo respalde, pues sólo existe la presunción de la tentativa de un delito.

 

Las principales drogas para practicar el spiking son Rohypnol, Gamma-Butirolactona (GBL), Ketamina y, más recientemente, la Escopolamina. Al respecto, se destaca que la Ketamina es un anestésico disociativo de uso veterinario al cual sólo se debe de tener acceso con recetas cuantificadas por una autoridad sanitaria que debe validar la cédula profesional de quien las solicita.

 

Al exponer la temática del reportaje, Salvador Guerrero, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX, fue el primero en responder para colaborar con su experiencia en el spiking. Lo primero que advirtió fue el índice bajísimo de denuncia y persecución; asimismo, advirtió una brecha de género en este delito.

 

Guerrero Chiprés explicó que los perpetradores de este delito encontraron su nicho en hoteles, centros nocturnos y fiestas privadas. En esos lugares abundan personas potencialmente vulnerables y comprometidas moralmente. Por ejemplo, una persona casada difícilmente denunciaría que una sexoservidora le adulteró la bebida que ingirió en un antro dedicado al sexoservicio.

 

En el caso de las mujeres, la carga moral es similar, pues el entorno familiar, laboral o social suele revictimizar a quien esté de fiesta a altas horas de la noche. Por ello, la sumisión química afecta más a mujeres que a hombres; asimismo, el objeto de la sumisión es diferente entre ambos sexos, pues ellas son más propensas a agresiones sexuales y ellos a ser afectados económicamente.

 

De los casos registrados por el Consejo, 66% son mujeres y 34% hombres. La agresión sexual es la constante contra ellas, pues va del 80% al 90%, mientras que para ellos, la depredación patrimonial es del 90%; asimismo, distingue grupos de edad vulnerables.

 

Conforme a sus registros, personas de 21 a 35 años son atacados el 48% de las veces; de 36 a 50 años es con una incidencia del 38%; y 10% a personas de 51 a 60 años. Aunado a esto, tienen un registro del 3% en jóvenes de 18 a 20 años; sin embargo, advierte que lo más probable es que exista un subregistro considerable en este rango, pues los jóvenes son los que menos denuncian por temor al juicio social.

 

En la Ciudad de México (CDMX), el Consejo señala que las alcaldías más peligrosas en relación a este delito son Cuauhtémoc, Benito Juárez, Coyoacán, Iztacalco e Iztapalapa. También, entre otros patrones que detectó, informó sobre la relación entre bandas dedicadas al spiking con sitios clandestinos de taxis.

 

Por su cuenta, los testimonios de algunas víctimas advierten patrones similares, donde la distracción o el acercamiento repentino de extraños son una constante donde la única solución fue el autocuidado.

 

Tal fue el caso de Paola, quien señaló que fue víctima de sumisión química en un bar cercano a Ciudad Universitaria. Para Publimetro narró que unos sujetos le ofrecieron bebidas a ella y a sus tres amigas, dos aceptaron y dos no, pero a escasos minutos de beber el shot, Paola se sintió mal.

 

 

Ella describe que la sensación fue diferente a la embriaguez, pues además de sentirse con malestar, se le durmieron partes de su cuerpo y de manera muy pronta comenzó a perder la consciencia. Los sujetos, describe, tuvieron intención de abusar sexualmente de una de las chicas; sin embargo, las que no aceptaron la bebida cuidaron a sus amigas y los sujetos huyeron.

 

Amara narra una experiencia similar. En un antro de Madrid donde se organizó una fiesta de bienvenida para universitarios, ingirió una bebida alcohólica adulterada; sin embargo, a diferencia de lo señalado por Paola, ella pidió su trago en la barra y observó cómo se lo prepararon.

 

No obstante, después del primer trago se sintió mal. Se acercó a un sillón y se quedó dormida aproximadamente cuatro horas. Cuando despertó la habían robado a ella y a uno de sus acompañantes. En ambos casos, los establecimientos desconocieron los actos y se deslindaron de cualquier responsabilidad sobre los ataques.

 

El Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX advierte que no hay una legislación específica contra la sumisión química sino contra los delitos que se realizan después de que la víctima pierde la consciencia.

 

Por ello incentiva la cultura de la prevención y el autocuidado. De tal modo que publicó un decálogo preventivo y una línea de emergencia para el acompañamiento a víctimas (55-5533-5533); al respecto, destaca, entre otras cosas, planear la salida, ligar de manera segura, consumir responsablemente, usar taxi seguro y no salir de after.

 

Mientras tanto, en la Cámara de Diputados se discute una iniciativa para tipificar como delito la sumisión química. La diputada Nayeli Arlen Fernández, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), presentó la reforma en abril de este año; sin embargo, ésta se enfoca únicamente en aumentar las sanciones para los criminales que someten a sus víctimas con fármacos, sin abordar específicamente la acción de drogar a la víctima en sí misma.

 

Finalmente, Publimetro contactó a José Antonio Alcocer, director general del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones de la Ciudad de México, él advirtió sobre los estragos a la salud al consumir bebidas adulteradas, bebidas alcohólicas apócrifas y a las que les aplican gotas oftálmicas.

 

Durante la plática, el director advirtió sobre la existencia de bebidas alcohólicas apócrifas que se preparan con alcohol metílico, el cual es sumamente tóxico para cualquier ser vivo y, la ingesta de éste pude provocar ceguera, intoxicación y hasta la muerte.

 

Respecto a las consecuencias que las bebidas adulteradas pueden tener en el organismo, Alcocer Sánchez explicó que pueden presentarse, además de la ceguera, daño permanente al sistema nervioso central, daño en el hígado y riñones, convulsiones, paro respiratorio y muerte por intoxicación.

 

Por ello advirtió que el consumo de alcohol debe de ser responsable y el consumidor debe de conocer los sabores originales de la bebida que se ingiere, pues algunas alteraciones pueden ser detectadas desde el primer trago o, incluso, al olfato.

 

Asimismo, señaló que los primeros síntomas que pueden presentarse son dolor de cabeza, dolor abdominal, mareos y/o visión borrosa desde los primeros tragos. De tal modo que recomendó ponerse a salvo al primer síntoma y buscar ayuda.

 

Por último, destacó que en la CDMX existen dos clínicas completamente gratuitas que ofrecen servicios sanitarios para este tipo de casos. Una de ellas se ubica en la alcaldía Venustiano Carranza y la otra en Xochimilco.

 

Fuente: publimetro

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