IA, música militarizada y enojo masivo: el oscuro Wrapped de Spotify 2025

Spotify cerró 2025 con un repunte financiero de 40% en sus acciones, pero también con una tormenta de críticas que lo acompañó todo el año. Desde la presencia masiva de música generada con inteligencia artificial hasta decisiones empresariales que incomodaron a artistas y usuarios, la plataforma llegó a diciembre con un Wrapped menos celebrado y más cuestionado.

Boicots, demandas y un éxodo musical

La tensión estalló cuando se reveló que Daniel Ek, CEO de Spotify, había invertido a través de su firma Prima Materia en Helsing, una compañía europea dedicada a desarrollar sistemas de defensa basados en inteligencia artificial. Para muchos músicos, esa vinculación con tecnología militar cruzó una línea ética. Bandas con trayectoria internacional como Massive Attack, King Gizzard & the Lizard Wizard y Deerhoof retiraron sus catálogos. Los mensajes que acompañaron su salida señalaban que la economía ya precaria del streaming ahora se mezclaba con el riesgo de financiar proyectos orientados a conflictos bélicos.

Mientras crecía el descontento artístico, la plataforma enfrentó en Estados Unidos una demanda colectiva impulsada por Genevieve Capolongo. El caso acusa a Spotify de promover su herramienta Discovery como un sistema personalizado cuando, según la querella, prioriza recomendaciones guiadas por acuerdos comerciales. El documento judicial acusa a la empresa de sostener un modelo que recuerda al viejo “payola” de la industria musical, ahora disfrazado de algoritmo.

A estos frentes se sumó la disputa con la Mechanical Licensing Collective, que argumenta que Spotify redujo de forma artificial el pago de regalías al reclasificar su suscripción Premium como un paquete que incluye audiolibros. La reclasificación permitiría disminuir las tasas de pago a compositores y editores musicales, con un posible impacto económico de cientos de millones de dólares.

IA, contenidos cuestionados y un Wrapped sin brillo

La proliferación de música creada con inteligencia artificial fue otra fuente de controversia. El caso más visible fue el de The Velvet Sundown, una banda artificial que alcanzó cientos de miles de oyentes sin transparentar su origen no humano. Para críticos y creadores, este tipo de proyectos erosiona la confianza en la plataforma y diluye el trabajo de artistas reales.

Además, la presencia de anuncios institucionales del gobierno estadounidense en la versión gratuita, como los dirigidos al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), provocó cancelaciones de suscripciones y malestar en comunidades migrantes. Se trató de una decisión publicitaria que para muchos usuarios resultó incompatible con la imagen global de la plataforma.

El resultado fue un Wrapped 2025 más tibio que en años anteriores. Analistas y periodistas culturales señalan que, entre polémicas, demandas y decisiones empresariales que priorizan ganancias sobre transparencia, la plataforma enfrenta una creciente fatiga del público. En un mundo musical cada vez más diverso y con alternativas en expansión, muchos oyentes parecen dispuestos a explorar otras rutas para compartir y descubrir música, y Spotify termina el año revisando su propio comportamiento tanto como el de sus usuarios.

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