¿Por qué el olfato humano es como un superpoder?
Investigadores chinos y estadounidenses demostraron que la sensibilidad del olfato humano es más sensible de lo que se pensaba. Solo necesita 60 milisegundos para detectar olores con gran precisión, rivalizando con nuestros sentidos de la vista y el oído.
El estudio, publicado en Nature Human Behaviour, también ha demostrado que los humanos somos capaces de distinguir entre varias secuencias de olores en esa fracción de tiempo. Esto contradice la creencia de que nuestra especie posee un olfato lento.
Un sentido subestimado
De acuerdo con la investigación, dirigida por el doctor Zhou Wen, del Instituto de Psicología de la Academia China de Ciencias, los humanos demoramos entre uno y tres segundos cuando olfateamos algo. Durante ese tiempo, nuestra nariz «escanea» el aire para captar todos los detalles químicos del ambiente.
Para hacer una analogía, es como si tomáramos una fotografía de larga exposición, dejando pasar la mayor cantidad de luz en un tiempo determinado. En el caso de nuestra inhalación, lo que dejamos pasar son todos los olores presentes en el entorno en ese lapso de tiempo. Una vez alcanzado ese límite, no podremos captar más detalles hasta nuestra próxima inhalación.
Con el fin de ir más allá de ese límite, los investigadores desarrollaron un dispositivo que se activa con cada olfateo. Según CNN, este aparato incluía válvulas de retención, las cuales permitían que el olor fluyera en una sola dirección, así como tubos de teflón capaces de hacer llegar los olores a la nariz humana con una precisión de 18 milisegundos.
Después probaron la máquina con 229 personas. Los participantes tuvieron la tarea de oler diferentes mezclas de aromas y distinguir entre estas, presentadas en un orden determinado y también a la inversa, en intervalos de entre 120 y 180 milisegundos. Los olores incluían aromas de manzana, limón, cebolla y aromas florales dulces.
Una sensibilidad semejante a la del color
Gracias a este experimento, los investigadores pudieron descubrir que los participantes eran capaces de distinguir entre los distintos olores con una diferencia de tan solo 60 milisegundos. Además, la capacidad de distinguir olores mejoró durante los intervalos más largos.
Como rescata MedicalXpress, lo más interesante fue que en esta capacidad no influyen cosas como la intensidad del olor, qué tan agradable resulte para el individuo o la cantidad de moléculas captadas en una sola inhalación, sino que todo dependió exclusivamente del intervalo entre los aromas. Esto ha llevado a los investigadores a pensar en la existencia de un código temporal para la identificación de olores.
“El olfateo de olores no es una toma de exposición prolongada del entorno químico que promedia las variaciones temporales. Más bien, incorpora una sensibilidad temporal equivalente a la de la percepción del color”, afirmó Zhou
Una investigación relevante
Para Zhou, sus hallazgos pueden tener fines terapéuticos, por ejemplo, pueden ser útiles en el desarrollo de narices electrónicas y sistemas de realidad virtual olfativa. “Nuestro aparato podría utilizarse con fines terapéuticos, como el entrenamiento olfativo para pacientes con pérdida del olfato”, señaló.
Lo cierto es que esta investigación refuerza otro estudio realizado en 2017, cuyo autor fue el neurocientífico John McGann, del departamento de Psicología de la Universidad de Rutgers-New Brunswick, en Nueva Jersey. En dicha investigación, publicada en Science, el autor rastrea los orígenes de la falsa creencia en la pobreza de nuestro sentido hasta los estudios neuroanatómicos comparativos del siglo XIX, realizados por el cirujano cerebral y antropólogo francés, Paul Broca.
McGann señala a este personaje como el principal responsable de extender esta falsa creencia, la cual llegó a influir hasta en el mismo Sigmund Freud, quien afirmaba que esta limitación hacía a las personas susceptibles a enfermedades mentales. «La realidad es que nuestro sentido del olfato es tan bueno como el de los roedores y los perros«, dice McGann, y añade que los seres humanos somos capaces de reconocer hasta un billón de olores diferentes.
Créditos: https://www.nature.com/articles/s41562-024-01984-8#Bib1 / xataka