La leyenda detrás del tesoro oculto de Pancho Villa

  • El Centauro del Norte habría escondido grandes cantidades de dinero en efectivo, lingotes de oro y monedas de plata bajo tierra

La Revolución Mexicana es uno de los procesos de la historia nacional sobre los que más se han creado historias. Decenas de películas, novelas y canciones tuvieron su origen basados en dicho periodo, así como sobre algunos de los personajes más sobresalientes. Asimismo, surgieron varios mitos.

Una de dichas historias, sobre la que nunca se ha podido confirmar su veracidad, es la leyenda del tesoro oculto de Pancho Villa, el revolucionario más famoso de aquella época.

De acuerdo con la historia, José Doroteo Arango Arámbula, el cual es su nombre real, se llevó a la tumba uno de sus más grandes secretos: la ubicación de un cuantioso botín en puros lingotes de oro. Otras versiones sostiene que se trataba de una suma en efectivo cercana a los 7 millones de pesos, depositados en cajas de madera, mientras que, otras más, apuntan que fueron varios tesoros en diversos puntos.

Villa, a la fecha, es recordado por ser un militar sanguinario, así como ladrón y saqueador. Durante sus travesías por el norte de México, e incluso en sus asedios a Estados Unidos, logró hacerse de una gran suma de dinero. Parte de la leyenda sostiene que el Caudillo del Norte acostumbraba a esconder armas y dinero en lugares recónditos de Durango, Chihuahua y Coahuila.

No obstante, versiones específicas apuntan que durante sus años en activo, Francisco Villa sí escondió un gran tesoro en algún punto de lo que hoy es la zona Metropolitana de La Laguna, historia que no es del todo descabellada.

Según el historiador Carlos Castañón, especializado en la región, Torreón (Coahuila) fue una área importante durante el porfiriato, por donde —gracias a la instalación de las vías férreas y el desarrollo comercial— se propiciaron grandes flujos de dinero, mercancías y personas; algo atractivo para mercenarios.

Durante el periodo revolucionario, la zona de La Laguna fue tomada al menos en cuatro ocasiones, por lo que Villa y otros caudillos saquearon cuantiosas sumas de efectivo. Tras la duda colectiva de a dónde iba tanto dinero, surgió el mito de que Villa contaba con una gran fortuna.

Es por ello que a lo largo de los años, habitantes de la región presuntamente han cavado cientos de hoyos en busca del botín. En 1913 Villa fue nombrado jefe máximo de la Hacienda de la Loma, por lo que por décadas se han realizado diversas excavaciones en la zona, esperando encontrar su tesoro.

El caso se ha repetido en varios puntos del norte del país, en donde localidades enteras han buscado la riqueza oculta de Centauro del Norte. En pueblos de Sonora, Chihuahua y Durango el caudaloso botín es deseado.

También, se dice que en algún punto de la Sierra Madre, Villa escondió una cantidad inimaginable de lingotes de oro, así como de monedas de plata. Sin embargo, no habría sido el único revolucionario en recurrir a dicha técnica de guardar recursos, pues otros caudillos la habrían implementado.

Pese a que la veracidad de la historia nunca se ha puesto a prueba, de acuerdo con el historiador José Reyes Mireles, el Coronel Benjamín Argumedo también enterró un tesoro. Según el cronista, el revolucionario antirreeleccionista —apodado el León de la Laguna— lo escondió en la Sierra de San Lorenzo.

Otra versión señala que no fueron sólo revolucionarios quienes enterraron riquezas, sino también hacendados con el miedo de perderlo todo a manos de los saqueadores durante la guerra de revolución.

Fuente : Infobae

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