El baño de temazcal
El temazcal, voz náhuatl que significa “casa donde se suda”, es un ritual de origen prehispánico que pervive hasta nuestros días.
Muy presente en el Anáhuac y en muchas partes de todo el continente bajo diferentes formas, reúne un conjunto de simbolismos que nos remiten una y otra vez a la cosmovisión antigua.
Su uso tiene propósitos higiénicos así como fines terapéuticos. Se trata de un espacio de descanso, concentración y relajación.
La presencia de los cuatro elementos, tierra, agua, aire y fuego, sumados a los cantos, oraciones y rezos, le proporcionan su gran poder curativo.
El poeta mexicano Octavio Paz cuenta en sus memorias cómo, en su niñez, una cocinera indígena que trabajaba en su casa “me inició en los misterios del temascal, el tradicional baño azteca, rito de comunión con el agua, el fuego, y las criaturas incorpóreas que engendran los vapores. Decía que el temascal no era un baño sino un renacimiento. Y era verdad: al salir del baño yo sentía que regresaba de un largo viaje al comienzo del tiempo. Viaje inmóvil con los ojos cerrados pero despiertos los sentidos y el espíritu.”
En notas subsiguientes conoceremos sus beneficios, la manera correcta de construir un temazcal y las características más importantes de este ritual de sanación.