Cómo será el avión comercial del futuro, menos contaminante, que estará listo para volar en 2030
- Una startup de California, que recibe apoyo de la NASA y la Fuerza Aérea de los EEUU, está desarrollando un avión BWB de ala mixta que podría revolucionar la forma de volar, además de reducir la huella de carbono en el medio ambiente
No es el típico avión comercial semejante a un tubo con alas en el medio. Es un concepto totalmente revolucionario que busca cambiar la forma en la que se construyen los aviones y la forma de volar.
Se llama Blended Wing Body (BWB) y fue una idea de JetZero, una startup con base en el estado de California, que está en pleno desarrollo de la mano de la NASA y la Fuerza Aérea de los EEUU, que buscan romper los moldes actuales de los viajes en avión, con un aparato amigable con el medio ambiente y más eficiente cuando está en el aire.
A simple vista, la innovadora aeronave se parece a los bombarderos furtivos de EEUU B-2 con un ala grande en forma de delta o, como se lo denomina en aviación, un fuselaje de “alas combinadas”.
Este revolucionario diseño permitirá, según la empresa, que JetZero utilice un 50 por ciento menos de combustible que los actuales aviones. También debería producir un 50 por ciento menos de emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
Su capacidad prevista de 200 a 250 pasajeros sería similar a la de los aviones de pasillo único, como las familias 737 de Boeing y A320 de Airbus, y los modelos más grandes de pasillo doble de ambos. El nuevo avión estaría listo para volar en 2030, según sus desarrolladores.
Esta menor contaminación que podría alcanzar JetZero debido a un menor consumo de combustible por su innovador diseño, sería más eficiente que la que alcanzan hoy las nuevas generaciones de aviones, que suelen consumir entre un 15 y un 25 por ciento menos de combustible que sus predecesoras, sobre todo gracias a motores más eficientes.
En la actualidad, la aviación es responsable de entre el 2% y el 3% de las emisiones globales de CO₂, pero se espera que esa cifra aumente a medida que otras industrias reduzcan sus emisiones más rápidamente. Además, se proyecta que la flota aérea mundial prácticamente se duplicará hasta alcanzar los 47.700 aviones en 2041, según Cirium, una empresa de análisis de aviación.
Por eso, los aviones JetZero pueden desempeñar un papel esencial en la reducción de la huella de carbono de la industria. Según un estudio de la consultora Bain, a pesar de las medidas de descarbonización actuales, las emisiones globales de CO₂ de la industria aérea aumentarán un 3,4% en 2030 en comparación con los niveles de 2019.
La adopción masiva de combustibles de aviación sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés) nuevos y más limpios es el objetivo de cero emisiones netas propuesto para 2050 por parte de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Pero las empresas aeroespaciales también están trabajando en baterías eléctricas y aviones propulsados por hidrógeno para intentar reducir las emisiones. Los grandes fabricantes insisten en que están haciendo progresos. Tanto Airbus como Boeing han prometido que sus aviones podrán volar con un 100 por ciento de SAF para 2030 (los aviones actuales pueden utilizar hasta un 50 por ciento de SAF junto con el combustible para aviones convencional).
Modelo a escala listo para volar
Como una forma de prueba de su diseño, resistencia aerodinámica, estabilidad de vuelo y muchas otras cosas técnicas más, JetZero, con base en Long Beach, presentó a Pathfinder, un avión de demostración de cuerpo de ala combinada a escala 1:8, de 7 metros, que recibió hace semanas el certificado de aeronavegabilidad de la Fuerza Aérea de EEUU (FAA) para iniciar los vuelos de prueba.
“Lo que hace es ayudarnos a probar los controles de vuelo y el tren de aterrizaje, que son realmente los elementos esenciales de este avión”, explicó el cofundador de JetZero, Tom O’Leary, que ya recibió 235 millones de dólares de parte de la FAA para los próximos 3 años. La idea es desarrollar un prototipo a escala real que pueda iniciar sus vuelos en 2027 y uno comercial que ya esté aprobado para 2030.
“Creo que podemos demostrar que este fuselaje en particular se integrará muy bien en el sistema altamente optimizado de la aviación global. Tendremos un equipo de pruebas de vuelo que continuará con el modelo a escala, el segundo modelo a escala, el modelo a escala real, el primer vehículo conforme, los siguientes vehículos de prueba para el programa de certificación, hasta llegar a la entrega del primer avión”, afirmó O’Leary.
Diseño revolucionario
El concepto de alas combinadas de JetZero ya se ha probado anteriormente y los primeros intentos de construir aviones con este diseño se remontan a finales de la década de 1920 en Alemania. También el diseñador aeronáutico e industrial estadounidense Jack Northrop creó un diseño de ala volante propulsada por un reactor en 1947, que inspiró al desarrollo y final construcción del bombardero B-2 en la década de 1990.
“El ala combinada permite que toda la aeronave genere sustentación, minimizando la resistencia, lo que ayuda a aumentar la economía de combustible y crea áreas de carga útil o más cantidad de pasajeros en la parte central de la aeronave”, explicó la NASA, que años atrás probó el avión experimental X-48 con este diseño más eficiente para volar.
La NASA construyó dos X-48 experimentales que volaron más de 120 veces entre 2007 y 2012, sin tripulación y controlados a distancia, que demostraron la viabilidad de su diseño y que eran aptos para viajes. “Un avión de este tipo tendría una envergadura ligeramente mayor que un Boeing 747 y podría operar desde terminales aeroportuarias existentes”, afirma la agencia espacial y añadió que el avión también “pesaría menos, generaría menos ruido y emisiones y costaría menos operar que un avión de transporte convencional igualmente avanzado”.
También Airbus construyó en 2020 un aparato demostrador de alas pequeñas y combinadas, de unos dos metros de largo, lo que indica el interés por desarrollar un avión de tamaño completo en el futuro.
“JetZero tendrá un fuselaje mucho, mucho más ancho. El típico avión de pasillo único tiene asientos de tres por tres, pero este es una especie de tubo más corto y ancho. Tienes la misma cantidad de personas, pero podrías tener 15 o 20 filas en la cabina, dependiendo de cómo la configure cada aerolínea en particular”, sostuvo O’Leary.
Y concluyó: “Esto les brinda una paleta completamente nueva con la que diseñar. Creo que será asombroso ver cuál será su interpretación de este espacio mucho más amplio”.
JetZero está colaborando con Northrop Grumman y Scaled Composites, que aportan una amplia experiencia en diseño de aeronaves avanzadas, fabricación e integración de sistemas de misión para construir y probar el demostrador a escala real.
La empresa tiene su sede en el aeropuerto de Long Beach, en la cuenca de Los Ángeles y se fundó en 2021 con el único objetivo de desarrollar la próxima generación de aviones sostenibles, que acelere el camino hacia las emisiones cero.
El núcleo del equipo JetZero incluye ingenieros que fueron pioneros en el concepto de fuselaje de ala combinada, liderados por el fundador y director técnico de JetZero, Mark Page. Como ingeniero de McDonnell Douglas en la década de 1990, Page dirigió una iniciativa de tres años de la NASA para investigar y diseñar futuras propiedades de estos aviones.
Desde entonces, la NASA ha gastado más de mil millones de dólares en investigación y desarrollo de tecnología de alas combinadas, gran parte de la cual fue realizada por Page y sus asociados.
Fuente: infobae