Las bizarras mascotas de moda en Corea del Sur: Roca vs. Soledad
Fuera o no verdad, la idea de Gary Dahl fue tan buena que decidió comercializarla y, en poco tiempo, el visionario de barra de bar era un prolífico y millonario hombre de negocios que se había hecho rico vendiendo piedras: las conocidas como ‘Pet Rock’.
Pues bien, medio siglo más tarde, la ocurrencia de Gary Dahl, en un inesperado efecto mariposa espacio/temporal, ha sacudido Corea del Sur, donde las rocas se han convertido en mascotas, compañeras y casi amigas de miles de personas.
En este caso, también conviene poner en contexto determinados elementos. Por ejemplo, que los trabajadores de Corea del Sur son de los que más horas trabajan, con 52 horas de media a la semana, según ‘Visual Capitalist’, con datos de 2023.
Este volumen de trabajo genera unos niveles de estrés tremendos, como recoge ‘Statista’ en una encuesta de 2022, en la que más del 62% de trabajadores confirmaba haber tenido ansiedad en su trabajo durante las dos semanas previas a la encuesta.
Conexión con el pasado
Y así es como una conversación en un bar de California en los 70, ha tenido repercusión en la Corea del Sur de la actualidad.
Como ya comentaba Gary Dahl en su momento, una roca no requiere atención alguna, como sí requieren algunos animales domésticos, por muy sencillo que sea su cuidado. Así es como se ha disparado la aparición de rocas en casa de trabajadores surcoreanos, quienes confirman la importancia de saber que al llegar a casa estará la roca esperándoles para escuchar, sin interrupción alguna, cómo les ha ido el día.
En un completo e interesante artículo, ‘The Wall Street Journal’ ha entrevistado a varios dueños de rocas surcoreanos que han venido a confirmar la relevancia que ha tomado una sencilla piedra en su día a día.
«Si piensas en tu roca como una mascota, todo se hace un poco menos solitario y divertido», comenta Lee So-jhee, una administrativa de 30 años que vive sola y que lleva un año con una roca en casa, regalo de sus amigas.
Ojo, no hablamos de gente que tomar las rocas por lo que no son. Son conscientes que es un elemento inanimado, que no les va a responder pero, a su vez, evita esa sensación de soledad y hastío que tiene mucha gente al llegar a casa, especialmente cuando están solos.
Desde la roca sencilla, gris y redondeada, que se vender por unos 10 dólares, a la opción de comprarle gafas, gorros o ropa hay muchos dólares de diferencia. Eso ya va en función del gusto del consumidor.
Crèditos: Dailydigest