Turkmenistán: El país donde todos los coches son blancos y las calles están vacías
Un territorio que parece detenido en el tiempo y regido por leyes excéntricas. Con pocas visitas anuales y un control absoluto sobre su población, Turkmenistán es uno de los países más herméticos del mundo. ¿Qué hay detrás de este misterio que pocos conocen?
Un país cerrado al mundo
Turkmenistán es una de las naciones más herméticas del planeta. Desde su independencia tras la caída de la Unión Soviética, ha estado bajo el control de líderes que han impuesto severas restricciones sobre su población y han fomentado el culto a su propia personalidad. El primer mandatario, Saparmyrat Niyazov, cerró las fronteras del país y transformó las ciudades en homenajes a su figura, con estatuas y edificios que lo representaban.
A su muerte en 2006, Gurbanguly Berdymukhamedov asumió el poder y continuó la misma línea, erigiendo incluso una estatua de 20 metros de altura hecha de oro, montado a caballo, en la capital. En 2022, cedió el poder a su hijo, Serdar Berdimuhamedow, quien mantiene el control del país con un gobierno que aún es muy criticado por su falta de democracia y supervisión internacional.
Las leyes excéntricas de Turkmenistán
Uno de los aspectos más curiosos de Turkmenistán es la serie de leyes excéntricas que se han impuesto a lo largo de los años. Una de las más conocidas fue la obligación de que todos los coches debían ser de color blanco, para combinar con los edificios de mármol que abundan en la capital, Ashgabat. Aunque esta ley se ha derogado, la mayoría de los ciudadanos siguen prefiriendo mantener sus coches de ese color por temor a que el líder cambie de opinión.
El país ha sido también conocido por otras prohibiciones curiosas, como la de lucir barba antes de los 40 años o la prohibición de conducir un coche sucio. En el pasado, el ballet y tener perros también estuvieron prohibidos, reflejando el nivel de control que el gobierno ejerce sobre la vida cotidiana.
Un país de récords y misterios
A pesar de su hermetismo, Turkmenistán ha logrado destacarse en otro aspecto: sus numerosos récords Guinness. La capital, Ashgabat, ostenta el título de la ciudad con más récords mundiales, desde edificios hasta monumentos.
Entre los sitios turísticos más llamativos se encuentra la famosa Puerta del Infierno, un cráter de gas metano que lleva ardiendo desde 1971. Este es uno de los pocos lugares que los aproximadamente 10.000 turistas anuales que logran ingresar al país pueden visitar. Para poder entrar a Turkmenistán, es necesario obtener un visado que debe ser aprobado por el ministerio de Asuntos Exteriores, lo que hace que el acceso sea extremadamente limitado.
La mirada del mundo sobre Turkmenistán
A pesar de ser un país desconocido para muchos, figuras como el cirujano Diego González Rivas han logrado acceder y compartir sus impresiones. Rivas comentó en una entrevista que se sorprendió al ver las calles vacías y los lujosos edificios, describiendo el lugar como «curioso» y «ostentoso», pero sin vida en las calles.
A medida que el tiempo pasa, el misterio de Turkmenistán persiste, con sus calles vacías, sus coches blancos y sus monumentos dorados, ofreciendo una visión única del poder y el control en el siglo XXI.
Créditos: