Quién fue María Sabina, la curandera que usaba hongos alucinógenos y conoció a Walt Disney y John Lennon
- El auge del movimiento hippie y la publicación de Robert Wasson catapultaron a la oriunda de Oaxaca a la fama internacional
María Sabina Magdalena García, nacida el 22 de julio de 1894 en el místico pueblo de Huautla de Jiménez, en el corazón de las montañas de Oaxaca, emergió como una figura icónica del chamanismo.
Reconocida a nivel mundial por sus ceremonias con hongos psilocibios, denominados “niños santos” o “teonanácatl”, María Sabina personificó una inquebrantable conexión con los secretos terrestres, ofreciendo una visión ancestral que ha trascendido fronteras culturales y fascinado a generaciones.
Las ceremonias de María Sabina, centradas en el uso espiritual de los hongos alucinógenos, no solo capturaron la atención de estudiosos y curiosos, sino que también abrieron un portal hacia dimensiones espirituales inéditas. Sus métodos y conocimientos se basaban en prácticas que habían sido transmitidas oralmente a lo largo de generaciones. Según exploraciones previas, sabiduría ancestral y conocimiento profundo de la flora local fueron pilares de su reputación como curandera.
Desde temprana edad, María Sabina mostró sensibilidad hacia el mundo espiritual. Nacida en una familia indígena mazateca, perdió a su padre a los tres años, situación que la condujo a una infancia marcada por la pobreza. Su abuela paterna, María Concepción, fue su mentora en el aprendizaje de las tradiciones medicinales indígenas, incluyendo el uso de plantas y hongos sagrados.
A los 14 años, María Sabina tuvo su primera experiencia con los hongos sagrados, marcada por una visión donde ella recibió el don de la curación. Desde entonces, comenzó a celebrar ceremonias conocidas como “veladas”, donde usaba los hongos para invocar a los espíritus y tratar diversas enfermedades físicas y espirituales.
En 1955, Robert Gordon Wasson, quien en ese momento era vicepresidente de JP Morgan, visitó a María Sabina en Oaxaca. Fuera de sus obligaciones financieras, Wasson tenía una curiosa afición por el estudio de los hongos. Tras escuchar acerca de una curandera y guía espiritual de la etnia mazateca, decidió viajar a México acompañado del fotógrafo Allan Richardson, después de leer un artículo de Robert Graves en el periódico Ciba en Nueva York sobre el uso de los hongos en el país.
La técnica de sanación de María Sabina era peculiar: usaba hongos alucinógenos para guiar a las personas en un trance y ayudarles a sanar. Durante su visita, Wasson y Richardson experimentaron un ritual con la chamana.
Wasson publicó posteriormente un artículo en la revista Life, narrando sus experiencias bajo el título “En las sierras de México, un banquero neoyorquino participa en antiguos ritos practicados por indios que acostumbran a masticar raros hongos alucinantes”.
“Jamás habíamos estado tan despiertos, y las visiones aparecían, tuviéramos los ojos cerrados o abiertos: brotaban del centro del campo visual y se extendían conforme se acercaban, vertiginosa o pausadamente, según el ritmo que nuestra voluntad eligiera”, escribió el banquero.
Describió que las visiones siempre eran de colores vivos, recordando que en algunas ocasiones pudo apreciar una bestia mitológica tirando un carruaje. “Más tarde tuve la impresión de que las paredes se habían disuelto y yo, suspendido en el vacío y con el espíritu ya liberado, contemplaba panoramas montañosos, cordilleras escalonadas que llegaban hasta el mismo cielo y por las cuales cruzaban unas caravanas de camellos”, expresó.
Durante al menos tres días, en compañía de su esposa, su hija y el fotógrafo, experimentaron las ceremonias de María Sabina, quien para dirigir el viaje cantaba y movía los brazos.
La publicación de Wasson y la llegada del movimiento hippie convirtieron a María Sabina en una figura popular entre ídolos de los años 60 y 70, quienes viajaban hasta la sierra de Oaxaca para experimentar el trance con los “hongos milagrosos”, como los llamó Wasson.
Este reconocimiento trajo tanto beneficios como desafíos para la curandera, ocasionando que su comunidad viera alterada su vida cotidiana debido a la afluencia de extranjeros en busca de experiencias alucinógenas.
Tal fue su fama que entre las personalidades que visitaron a María Sabina se dice incluyeron a Walt Disney, a quien habría ayudado a inspirar sus historias de fantasía; así como a Aldous Huxley, Tim Leary, Bob Dylan, Jim Morrison y Peter Townshend.
Sin embargo, una historia particularmente intrigante es la presunta visita de John Lennon, de los Beatles, y su esposa Yoko Ono.
Fue en el libro “The Beauty of the Primitive: Shamanism and Western Imagination”, escrito por Andrei A. Znamenski en el 2007, se menciona que Sabina describió al autor que en una ocasión la visitaron dos turistas: un hombre rubio y una mujer con aspecto oriental, quienes le pidieron un viaje con hongos.
Después de algunas horas en trance, el hombre le habría dicho en español: “Gracias, he visto mi muerte” y luego le dejó una nota con unos dólares, firmada “John Lennon”.
Otra versión, contada por Álvaro Estrada en su libro “Vida de María Sabina”, relata que en el verano de 1969 hubo rumores sobre la llegada de un avión Cessna en el que viajaban Carlos Ávila Camacho, John Lennon, George Harrison y una antropóloga de nombre Brenda.
Presuntamente, se hospedaron en la Posada Rosada, fumaron marihuana y buscaron a María Sabina. Debido a su agotamiento, Sabina no pudo atenderlos esa noche y los citó para el día siguiente. Sin embargo, Lennon y su grupo impacientes acudieron a otra chamana, Josefina Terán, quien les condujo en un “viaje” a cambio de algunos pesos. Según los rumores, Lennon tuvo una mala experiencia y salió de la choza gritando: “No permitiré que me maten”.
María Sabina vivió una vida humilde, apegada a sus creencias y prácticas ancestrales. Su legado perdura no solo en la memoria de quienes la conocieron, sino también en la investigación etnobotánica y antropológica. Falleció el 22 de noviembre de 1985, a los 91 años. Su muerte dejó un vacío en la comunidad de Huautla de Jiménez, pero su influencia aún sigue viva.
Fuente: infobae